La pandemia de la covid-19 está aumentando la presión sanitaria y política en Europa Central, en la que varios países que en la primera ola aparecieron como ejemplos de bajos contagios, como Austria, República Checa o Hungría, presentan ahora algunas de las cifras de muertes o infecciones más altas de la UE.
Austria superó hoy por primera vez la barrera de los cien muertos diarios y, con 1,069 contagios en las dos últimas semanas por cada 100,000 habitantes, es ya el segundo país de la Unión Europea con una incidencia más alta, sólo por detrás Luxemburgo.
"PAÍSES INTELIGENTES"
La situación contrasta con la de hace apenas medio año, cuando el canciller austríaco, el conservador Sebastian Kurz, se refería a Austria, la República Checa o Israel como "smart countries" que habían sabido reaccionar mejor y más rápido que otros ante la pandemia.
Con la gastronomía, el ocio, el comercio no esencial y los centros educativos cerrados, y la orden de no salir a la calle más que para lo estrictamente necesario (excepción en la que se incluye hacer deporte), sólo la mitad de la población considera ahora que el Gobierno esté manejando bien la pandemia, frente al 83 % de marzo.
El Gobierno ha anunciado una campaña de test a toda la población, siguiendo el ejemplo de Eslovaquia, y las farmacias empezarán también a ofrecer pruebas de antígenos.
Eslovaquia (con 5.4 millones de habitantes) fue a principios de mes el primer país en convocar a toda la población mayor de diez años a un test de covid, lo que permitió aislar a 50,000 positivos.
Esta estrategia, que el Gobierno defiende como una alternativa al confinamiento total, parece estar funcionando y en las últimas 24 horas se detectaron 1,311 casos, un 50 % menos que hace dos semanas.
Las autoridades abrieron el pasado lunes los teatros, cines y edificios religiosos, pero el país seguirá en estado de emergencia hasta el 1 de enero.