Un momento basta para revalorar tu existencia
MONCLOVA, COAH.- Un mero trámite estudiantil denominado Servicio Social, fue el inició de lo que no estaba planeado para quien ahora arriesga su vida día con día en un afán de brindar ayuda a quien lo necesita sin importar ponerse en riesgo como ya ha ocurrido en diversas ocasiones, como aquella explosión en Celemania que mantuvo en estado grave a quien tras 32 años de servicio es el comandante de Cruz Roja, quien asegura que ahora más que miedo a sufrir otro accidente, teme contagiarse de Covid 19.
Con apenas 17 años de edad, Juan José Villa Mendoza llegó a la Cruz Roja delegación Monclova en 1988, cuando impulsado por la necesidad de cubrir el servicio social que le pedían en CONALEP donde estudió bachillerato. No había encontrado otra opción para ese requisito estudiantil, pero sí encontró desde aquel entonces una persona que le tendió la mano y que sin pensarlo le abría la puerta a lo que sería su vida.
Fue el comandante Graciano Ibarra García (+) el que sin imaginarlo, recibía en ese lejano 1988 a Juan José Villa quien desde su llegada mostró un interés nato de sumarse a la labor de ayudar a quien así lo necesitaba por vivir un accidente, una enfermedad o cualquier situación de riesgo.
El interés de Juan José Villa creció con el tiempo y sobre todo fue tomando con el profesionalismo que se requería mediante cursos de capacitación, de socorrismo, de paramédico y de técnico en urgencias médicas, entre otros. Todo pese a la negativa de su mamá María Reyes Mendoza que siempre se negó a que su hijo fuera parte de la Benemérita Institución al saber los riesgos que siempre ha representado.
Los años pasaron y la familia de quien ahora es el comandante de Cruz Roja, terminó por aceptar el hecho de que más que una obligación era una forma natural de servir y de ayudar a personas en desgracia por parte de Juan José.
Enmedio de socorristas que en aquel entonces ya formaban parte de la Cruz Roja como Arturo Macareno, Mario Navarro, Luis Martín Martínez y el propio comandante Graciano Ibarra, Villa Mendoza, fue abriéndose paso en la difícil tarea de auxiliar al grado tal que su profesionalismo y la entrega en su labor y la vida misma, le tenían una nada grata sorpresa aquel 9 de septiembre del 2007.
¨CELEMANIA ME CAMBIO LA VIDA¨.
¨Si yo hubiera sabido que había el riesgo, si hubiera sabido que ocurriría la explosión tal vez hubiera tenido miedo de ir, pero esa vez como cada que vamos a un servicio, no sabíamos lo que pasaría, hubiera acudido de todas formas de saberlo, pero habría sido con miedo y con más “precauciones” recordó el comandante Juan José Villa por los hechos de aquel 9 de septiembre.
Recuerda que la explosión que cobró la vida de decenas de personas y generó lesiones y secuelas a muchas otras, lo marcó para siempre al ser también una víctima de esa tragedia, una víctima que hubo de ser llevado a recibir atención médica en Monterrey por la gravedad de sus lesiones, de aquellas quemaduras sufridas y que a la fecha se le siguen manifestando con las secuelas que en su salud ha llevado tras 13 años de ocurridos los hechos.
EL SOCORRISMO EN TIEMPOS DE COVID 19.
Lejos de pensar que aun con los golpes y las pruebas que la vida le ha puesto durante los 32 años que lleva en la Cruz Roja, Juan José Villa sabe que aún hay mucho por hacer, que mientras tenga vida y como el mismo lo dice, el impulso y respaldo de su familia, se mantendrá con esa entrega a su trabajo, pero con una entrega en la que el miedo ahora es una realidad.
El comandante de Cruz Roja Monclova, sostiene que aunque los tiempos actuales y la forma de trabajo en la corporación son distintos, hoy luchan contra un enemigo invisible, un enemigo insignificante en tamaño pero tan grande en su poder destructivo, tan grande que acaba con vidas y lastima muchas otras tantas, que luchan contra ese enemigo llamado Covid-19.
La pregunta es directa: ¿tiene miedo Juan José Villa?, el comandante de la Benemérita Institución, guardia silencio por unos instantes para después decir ¨claro que tenemos miedo, no vemos al enemigo pero sabemos que ahí está y aun con todo eso seguimos haciendo el trabajo, hemos modificado nuestras vida y no solo yo, sino todos los que formamos parte de Cruz Roja, seamos remunerados o voluntarios todos tenemos el mismo miedo¨ sostuvo.
Villa Mendoza recordó que ya han perdido compañeros como Miriam una socorrista que perdió la batalla contra el Coronavirus, o en lo personal al padre de su esposa, situaciones que han ocasionado un cambio radical en su vida familiar.
DELEGACIÓN MONCLOVA UNA DE LAS MÁS EXTENSAS.
Actualmente la Cruz Roja de Monclova, es una de las delegaciones que mayor extensión territorial cubre en atenciones de emergencia, pues se encuentra en un punto central entre 12 municipios que aunque ayudan mediante sus centros de salud, requieren el apoyo de Cruz Roja en cada situación de emergencia que se les presente.
Con 12 ambulancias, equipadas y todas en servicio, además de una unidad de rescate, la delegación Monclova cuenta en sus filas con 18 paramédicos que perciben salario y al menos cuatro voluntarios. La plantilla que genera cuenta con tres unidades por turno, era más amplia, sin embargo la llegada del Coronavirus, obligó a varios alejarse de su labor por ese enorme temor al contagio.
Ese personal se reparte en turnos durante las 24 horas, Cruz Roja Monclova tiene una cobertura de 100 kilómetros a la redonda donde se abarcan los 12 municipios de la Región Centro, logrando su sostenimiento gracias a las aportaciones que el Estado realiza, además de aportaciones voluntarias de los ciudadanos y empresas.