El huracán Eta, degradado a tormenta tropical este miércoles en el norte de Nicaragua, dejó un rastro de destrucción tras haber impactado en categoría 4 de la escala Saffir-Simpson (de un máximo de 5) en el Caribe nicaragüense, así como dos muertes que no han sido reconocidas por Managua.
Según el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), casi todas los principales centros urbanos de la Región Autónoma Caribe Norte (RACN), donde impactó Eta, sufrieron daños en la infraestructura, como producto de las lluvias intensas y vientos de 220 kilómetros por hora al momento del impacto, la tarde de ayer martes.
El rastro de Eta se evidenció con desbordes de al menos 10 ríos, así como la "caída de árboles, de postes de luz, de tendidos eléctricos, techos frágiles salieron por los aires, según el relato común de las comunidades y centros urbanos", informó el codirector del Sinapred, Guillermo González, a través de medios del Gobierno.
Por su parte, el ministro de Energía y Minas, Salvador Mansell, afirmó que Eta ocasionó cortes de luz en más de 200 localidades, especialmente en la RACN, y sostuvo que el servicio será restablecido en las próximas horas.
González, quien afirmó que las 30.000 personas evacuadas previo al impacto del huracán se mantienen en centros de albergue, sostuvo que "no ha habido ningún daño humano", y no hizo referencia a los dos mineros artesanales que murieron en un derrumbe en la RACN, horas después del impacto de Eta.
Mientras las autoridades de Nicaragua centraron sus declaraciones en lo que denominaron "información positiva", el independiente Grupo de Monitoreo Azul y Blanco, compuesto por personas voluntarias, reportó daños adicionales.