Cerca de un millar de migrantes fueron interceptados en los últimos tres días en aguas del Mediterráneo y devueltos Libia pese a no ser este un país seguro, alertó hoy la Organización Internacional de las Migraciones (IOM).
Según su portavoz en Libia, Safa Msehli, "la mayor parte de ellos han acabado en centros de detención en los que Naciones Unidos ha documentado condiciones precarias y horribles abusos. Insistimos en que ese sistema de detención arbitraria debe ser abolido", subrayó.
Los migrantes viajaban a bordo de barcas precarias fletadas por mafias locales dedicadas al contrabando de personas, habían salido días antes de diversas playas del oeste de Libia y fueron interceptadas en alta mar por patrulleras de Guardacostas libios, en algunos casos fuera de las aguas bajo su jurisdicción.
De acuerdo con la OIM, organismo vinculado a la ONU, en diez meses que han pasado del presente año, más de 10,000 personas han sido interceptadas en el Mediterráneo y devueltas a Libia, entre ellas un total de 672 mujeres y 535 menores.
Además, 220 migrantes han perecido ahogados mientras que otros 287 ha sido dados por desaparecidos, una cifra que según el programa "Missing Migrants" de la ONU podría ser mayor ya que numerosas embarcaciones precarias se hacen a la mar sin que puedan ser registradas.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que 2011 la OTAN contribuyera a la victoria de las heterogéneas milicias y grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
El conflicto fratricida ha devenido en el último año y medio en un enfrentamiento armado multinacional privatizado, sin ejércitos, librado por milicias locales y mercenarios extranjeros.