El exvicepresidente y "amigo" de Barack Obama (2009-2017), Joe Biden, recurrió a su experiencia y moderación para presentarse como el candidato demócrata ideal para enfrentarse al populismo del presidente de EU, Donald Trump, en unas elecciones condicionadas por la crisis y la pandemia de la covid-19.
Después de que su campaña se diera prácticamente por muerta en las primarias de su partido, Biden resurgió de las cenizas y arrasó en el llamado "supermartes" en los estados del sur, con los que ahora cuenta para arrebatar la Presidencia a Trump.
"Hace solo unos días la prensa y los tertulianos declararon esta campaña muerta (...) Estamos creando una campaña que puede unir al partido y batir a Donald Trump", exclamó entonces un eufórico Biden en un mitin en una cancha de baloncesto de Baldwin Hills, uno de los barrios más peligrosos de Los Ángeles.