El Fondo Monetario Internacional (FMI) bendice la política de ayudas públicas masivas a las empresas y a los trabajadores del presidente francés, Emmanuel Macron, para atenuar el impacto de la crisis del coronavirus, e insiste en que no habrá que precipitarse con el ajuste fiscal posterior.
"El 'cueste lo que cueste' es la política más adecuada para Francia ahora", explicó este lunes el jefe de la misión del FMI para Francia, Jeffrey Frankas, parafraseando la expresión consagrada por Macron para justificar los paquetes anunciados desde el comienzo de la crisis.
Franks insistió, en una conferencia de prensa virtual, en que "la reducción del déficit no debe ser un motivo de preocupación mientras la crisis persista".
También en que la consolidación fiscal no deberá empezar más que cuando la recuperación económica esté bien en marcha y se haya recuperado el nivel de actividad anterior a la crisis, lo que no ocurrirá como pronto hasta 2022.
El FMI, que ha realizado una misión virtual en Francia del 19 al 30 de octubre, calcula en un informe preliminar que el producto interior bruto (PIB) de Francia caerá este año en torno al 10 % y que en 2021 se recuperará solo una parte del terreno perdido, con un crecimiento del 5-6 %.
Esas previsiones están rodeadas de una "fuerte incertidumbre" por la segunda ola epidémica que está afectando de lleno al país y es probable que finalmente tengan que corregirse a la baja.
El pasado viernes, el mismo Gobierno francés modificó las suyas y ahora espera una recesión del 11 % en 2020, frente al 10 % que calculaba anteriormente.
También ha empeorado sus estimaciones sobre el déficit público, que debería alcanzar este año el 11,3 % del PIB (frente al 10,2 % augurado en septiembre), y sobre la deuda pública, que terminará en 2020 en el 119,8 % del PIB (y no en el 117,5 %).
Para el jefe de la misión del FMI, el nivel de la deuda pública de Francia no plantea riesgos en lo que se refiere a sus sostenibilidad, en parte por la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), que le ha dado margen de maniobra.
No obstante, también dijo que Francia debe prepararse desde ahora para, cuando se den las condiciones y la recuperación esté bien consolidada, proceder a una consolidación que a su juicio no tendría que venir de la mano de subidas de impuestos, sino de una disminución de algunas partidas de gasto.
Franks consideró pertinentes algunas reformas que fueron prioridades de Macron, en particular las del seguro del desempleo y la de las pensiones.
Pero también dijo estar de acuerdo con las decisiones de su Gobierno de suspenderlas en esta fase de la crisis.