"¿Quién pensaría que con esa carita traes colgados varios muertitos?", dice el personaje de Armando Espitia al de Hugo Catalán en la película "Fuego adentro".
Armando (Heli) está sentado al lado de una pequeña mesa en un hogar sencillo; Hugo ("El juego de las llaves"), en pie y azorado por lo que le dice su hermano en la historia.
Es el encuentro de dos hombres que, dice el realizador Jesús Mario Lozano ("Ventanas al mar" y "Así"), redescubren su pasado y atisban el futuro que les espera.
Esta tarde la cinta se presenta en el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde se encuentra en la sección oficial del certamen que inició ayer por la noche.
"Uno de los intereses era romper este estereotipo de narco, de criminal, que son estas figuras malévolas y no con el fin de justificar y mucho menos, sino precisamente de repensar en la sociedad y dónde se encuentra ubicada estas figuras", indica Lozano.
La película es una de las cuatro en competencia ficción (de un total de nueve) apoyada por el extinto Foprocine, fondo que apoyaba historia de corte autoral y arte.
Para Catalán los personajes son creíbles, pues en la realidad el que menos se imagina uno, está en la violencia.
"En el cine mucho se ha hecho esto de los rostros malévolos, pero luego hay niños de ocho años que son halcones, de 13 que andan armados y pueden estar vigilando a una persona secuestrada, pudiendo matar. El crimen está así", expresa el histrión. Cuetzalan, en Puebla, fue el lugar elegido como locación de la historia que costó unos cinco millones de pesos, la quinta parte de lo que cuesta tradicionalmente una cinta comercial mexicana.
"Todos hacíamos más de una función, Hugo y Armando cargando tripiés; Hugo también sonido, creo que la relación fue mágica con seis personas en el crew, el entorno de las cascadas y ver lo que está sucediendo ahí con tanta tranquilidad, es significativo", destaca Lozano.
"Fuego adentro" está buscando distribuidor para ser estrenada comercial en salas, sin descartar las plataformas digitales.