El Gobierno francés lanzó este sábado la dura advertencia de que aun con la extensión del toque de queda a dos tercios de la población hay que esperar más muertos y más hospitalizados en los próximos días dado el nivel de contagios récord que se ha estado constatando hasta ahora.
"Esta progresión de la epidemia no ha terminado. Seguramente vamos a tener por delante todavía momentos difíciles", señaló el primer ministro, Jean Castex, durante una visita a uno de los grandes hospitales de Marsella.
Más claro fue el ministro de Sanidad, Olivier Véran, que le acompañaba, y que trató de anticiparse a las críticas que pueden llegar cuando se vean cifras peores en unos días pese a que 46 millones de franceses tienen que estar confinados al menos hasta diciembre entre las 21:00 y las 6:00 horas.
Véran se esforzó en explicar que, de la misma forma que los casos graves de covid-19 que tienen que atender ahora los hospitales son resultado de contagios que se produjeron hace quince días, "teniendo en cuenta el grado de contaminaciones actuales, en quince días tendremos las consecuencias sanitarias". Y eso, "hagamos lo que hagamos".