El Reino Unido rebajó este lunes la tensión que se había apoderado de las negociaciones del Brexit al dar la bienvenida a la "constructiva" propuesta de Bruselas de intensificar el diálogo bilateral, si bien pidió nuevas concesiones antes de convocar una nueva ronda formal de contactos.
El jefe de los negociadores comunitarios, Michel Barnier, trasladó en una conversación telefónica a su homólogo británico, David Frost, su disposición a aceptar dos de las exigencias que había puesto Londres sobre la mesa: negociar con mayor intensidad y comenzar a redactar borradores de textos legales.
La oferta fue recibida con buenos ojos por el ministro de Gabinete del Reino Unido, Michael Gove, una de las figuras con más peso en la estrategia británica sobre el Brexit, que aseguró en el Parlamento que su Gobierno trabajará "en base a esa intensificación que propone" Barnier.
Un portavoz de Downing Street, despacho oficial del primer ministro británico, Boris Johnson, matizó poco después que todavía no se cumplen las condiciones para que Londres acepte retomar la negociación formal, aunque recalcó que ambos equipos se van a mantener en "contacto estrecho" durante los próximos días.
"El Reino Unido continúa pensando que no hay base para retomar las negociaciones si no se produce un cambio fundamental de postura por parte de la Unión Europea", afirmó ese portavoz, para quien Bruselas debe aceptar que "el movimiento debe darse también por parte de la UE, no solo del Reino Unido".