Italia registró 9,338 nuevos contagios de coronavirus en las últimas 24 horas, un aumento menor al de los últimos días pero cuando se hicieron muchas menos pruebas de lo habitual por el fin de semana, según el boletín de hoy el Ministerio de Sanidad.
Desde el pasado viernes Italia ha localizado cada día más de 10,000 casos positivos mientras que este lunes confirmó 9,338. La disminución coincide con la caída en el número de pruebas, hoy unas 99,000 frente a las 150,000 diarias de los días anteriores.
En Italia se han contagiado un total de 423,578 personas desde el comienzo de la crisis, el 21 de febrero, con los primeros positivos autóctonos.
Los muertos aumentaron en 73 desde ayer, lo que eleva el balance a las 36.616 víctimas mortales.
Actualmente hay 134,000 pacientes con la COVID-19 en el país, aunque la gran mayoría está aislada en sus casas con síntomas leves o sin ellos.
No obstante aumentan considerablemente los hospitalizados. Desde ayer domingo han sido ingresadas 592 personas en el país (hasta un total de 8.473) y de estas 797 requieren cuidados intensivos, 47 más en las últimas veinticuatro horas.
Las regiones que han detectado más casos son Lombardía (norte), epicentro de la crisis desde un primer momento, con 1.687 casos especialmente en su capital, Milán, y Campania (sur), con 1.593.
Con estas cifras el Gobierno italiano intenta frenar la evolución de la pandemia y para ello la pasada noche aprobó un nuevo decreto con medidas para frenar el avance de la pandemia, aunque no demasiado estrictas para no perjudicar la economía.
La iniciativa que ha suscitado más polémica ha sido la que obliga a los alcaldes a identificar y clausurar desde las 21:00 horas las zonas, calles y plazas, donde se generen mayores aglomeraciones, una medida con la que se pretende acotar el ocio nocturno y la fiesta.
Sin embargo los regidores han lamentado que el Ejecutivo les endose esa responsabilidad y han reclamado medios.
El presidente de la Asociación Nacional de Municipios Italianos (ANCI), Antonio Decaro, alcalde de Bari (sur), avanzó que las administraciones locales harán lo pedido pero "el Estado deberá proporcionar las fuerzas del orden.
El nuevo decreto limita aún más el horario de apertura de los bares, restaurantes y de otros establecimientos de este tipo, que deberán cerrar a las 18.00 locales (16.00 GMT) si no disponen de servicio de mesa, para evitar aglomeraciones de personas.
Además a la mesa solo podrán sentarse un máximo de seis personas.
Se ha establecido entradas por turnos en los institutos italianos y el Gobierno ha dado una semana a los gimnasios para asegurarse de que respetan los controles sanitarios o de lo contrario las cerrarán, avisó el primer ministro, Giuseppe Conte.