"Esto es generar animosidad, es intimidar; no es censura, pero sí genera un linchamiento público", dice.
José Antonio Crespo, historiador y analista político, asegura que la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador a sus críticos no es la de un estadista, sino la de un demagogo. Considera que el mandatario tiene derecho a responder a quienes le cuestionan, pero con argumentos, no con insultos.
"Pero no: diario, diario, diario hay una buena dosis de veneno social en la mañanera", afirma.
Para el investigador del CIDE, esas respuestas del Presidente son desproporcionadas, exacerban los ánimos y conducen a la polarización.
"López Obrador, salvo excepciones, contesta con descalificativos, con insultos. Esto es generar animosidad, es intimidar; no es censura, pero sí genera un linchamiento público", dice.