El número de muertos a causa de la pandemia de la COVID-19 alcanzó los 154 en Nicaragua, mientras el de casos confirmados llegó a 5,323 desde que la enfermedad ingresó al país a mediados de marzo pasado, según el informe semanal divulgado este martes por el Ministerio de Salud.
Luego de varias semanas de registrar dos muertos cada siete días, en esta ocasión la cantidad se redujo a uno, de acuerdo con el reporte semanal del Minsa, que informó de 89 nuevos casos confirmados o probables por clínica.
Sobre los decesos, el Ministerio de Salud indicó que "se presentaron otros fallecimientos en personas que han estado en seguimiento, debido a tromboembolismo pulmonar, diabetes mellitus, infarto agudo de miocardio, crisis hipertensivas y neumonías bacterianas", aunque no especificó ni la cantidad ni si los pacientes estaban diagnosticados con coronavirus.
Según el parte del Ministerio de Salud, desde el inicio de la pandemia hasta este martes han "atendido y dado seguimiento responsable y cuidadoso a 4,297 personas", y otras 76 que permanecían bajo una condición similar "han cumplido el periodo establecido".
Las estadísticas gubernamentales contrastan con las del independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, una red de médicos y voluntarios que verifican casos de la pandemia, que el pasado 9 de octubre informó de un total de 2,768 personas fallecidas con síntomas relacionados, incluyendo neumonía, así como de 10,631 pacientes sospechosos.
Tanto las asociaciones médicas de Nicaragua, como la Unidad Médica Nicaragüense, han expresado sus dudas sobre la veracidad de las cifras oficiales, y han pedido al Gobierno del presidente Daniel Ortega que divulgue los "datos reales" de la pandemia.
El Gobierno ha calificado de "exitosa" la llamada "estrategia singular" contra la pandemia de COVID-19, que se caracteriza por no establecer restricciones para evitar su propagación, la aplicación reciente de algunas medidas de prevención social, y la organización de actividades de aglomeración.
Dicha estrategia no ha recibido el beneplácito de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que junto con la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han reiterado su preocupación por el manejo de la pandemia en Nicaragua.