Hasta hace algunos meses ver una persona con cubrebocas era sinónimo de desconfianza pues no podíamos saber cuál era la razón detrás del uso de este accesorio.
Pero actualmente el efecto es contrario. Consideramos irresponsable a quien no lo porta. El problema de las mascarillas, además de que muchos se quejan de no poder respirar bien, es que entorpecen algunos sistemas, entre ellos, los de reconocimiento facial, por ejemplo, de los celulares. Es por ello que se está trabajando en soluciones.
Considerando que los cubrebocas todavía pasarán mucho tiempo entre nosotros y que, incluso, algunos países ya han vuelto obligatorio su uso, las inversiones en sistemas de reconocimiento facial con la intención de, entre otras cosas, mantener la seguridad y prevenir el crimen, ya no están siendo útiles lo que está llevando a plantear un nuevo tipo de tecnología.
En un artículo publicado en The Conversation, Paul Haskell-Dowland, Decano Asociado de Informática y Seguridad en Edith Cowan University, explicó que el reconocimiento facial implica el uso de la tecnología para identificar rostros humanos en imágenes o videos a partir de características faciales específicas como la distancia entre los ojos y las posiciones relativas de la nariz, la barbilla y la boca.
Con dicha información, los sistemas crean una especie de firma facial para, por ejemplo, desbloquear un teléfono celular que se encarga de captar una imagen con la cámara y compararla con el perfil grabado. Este proceso es relativamente simple, pero se complica cuando se trata de identificar rostros en una multitud pues se requiere una base de datos significativa de perfiles con los que comparar la imagen principal.
Países como Australia, China y Estados Unidos ya han invertido en sistemas de reconocimiento facial por cuestiones de seguridad. En muchos casos dicha implementación ha sido criticada por señalamientos de falta de privacidad, pues los perfiles no siempre se obtienen de manera transparente y con la autorización de los usuarios. Pero más allá de ese debate, el uso de cubrebocas sí está afectando el funcionamiento de los sistemas.
El problema de los cubrebocas
Como los sistemas de identificación facial se basan en modelos matemáticos que evalúan las posiciones relativas de los rasgos faciales, cualquier cosa que reduzca la visibilidad de características clave (como la nariz, la boca y el mentón) interfiere con la tecnología. De hecho, es común que, por ejemplo, en una manifestación, quienes planean hacer destrozos usen algo que les cubra la mayor parte de la cara con la intención de no ser identificados.
Por ello es que, de acuerdo con el artículo, las autoridades están preocupadas ante la posibilidad de que, el uso masivo de cubrebocas, termine por inhibir su intención de usar esta tecnología para, por ejemplo, reconocer a un delincuente.
Al respecto, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de los Estados Unidos (NIST) coordinó un proyecto de investigación para evaluar cómo las máscaras impactaban el desempeño de varios sistemas de reconocimiento facial utilizados en todo el mundo y encontró que algunos algoritmos tenían problemas para identificar correctamente a las personas hasta en el 50% de las veces. Algunos algoritmos incluso tuvieron problemas para localizar una cara cuando una máscara cubría demasiado.
Además, actualmente no existen conjuntos de datos fotográficos de personas con cubrebocas que puedan usarse para entrenar y evaluar los sistemas de reconocimiento facial. Sería necesario entonces no solo crear una base de imágenes sino pedir al sistema que realice análisis basado en la posición de la nariz y las protuberancias visibles en la mascarilla.
La otra opción que por ahora se está evaluando, al menos por parte de una compañía en Estados Unidos es crear cubrebocas con los rasgos faciales de las personas, de manera que se mantengan seguras, pero puedan desbloquear sus teléfonos inteligentes o ingresar a espacios que les piden este tipo de identificación, sin tener que quitarse la mascarilla
En la opinión del especialista lo que debe suceder es que los sistemas de reconocimiento facial deberán adaptarse. "La detección se basará en las características que permanecen visibles, como los ojos, las cejas, la línea del cabello y la forma general del rostro".
Aseguró que esas tecnologías ya están en desarrollo. "Varios proveedores ofrecen actualizaciones y soluciones que afirman ofrecer resultados confiables con mascarillas. Aquellos que se oponen al uso del reconocimiento facial y desean pasar desapercibidos, un cubrebocas simple puede ser suficiente por ahora. Pero en el futuro podrían tener que considerar alternativas, como una máscara impresa con un rostro falso generado por computadora", finalizó Haskell-Dowland.