Soledad Pastorutti cumple 40 años y busca reencontrarse en esta nueva etapa

BUENOS AIRES, 12 octubre.

Soledad Pastorutti, "La Sole" para todos los argentinos, está de celebración. Este lunes cumple 40 años y con su nuevo disco se encamina a festejar un cuarto de siglo desde que se convirtió en estrella. "Mi mejor versión no está dada, el hecho de estar viva y de cumplir años hace que crea que todavía tenga la posibilidad de mejorar", revela en una entrevista con Efe.

Corría el 4 de noviembre de 1995 cuando, con 15 años recién cumplidos, la cantante se subió por primera vez a un escenario como artista profesional. Y desde entonces, el tiempo ha pasado tan rápido como veloz fue su consagración como referente del folclore argentino y su capacidad para fusionarlo con la balada y el pop.

"Nunca imaginé que de vivir en un pueblo de 7.000 habitantes vestida de gaucho cantando folclore iba a pasar lo que pasó. Me convertí en la artista que más discos vendía en su momento en Argentina. Mi primer y segundo disco competían entre sí", recuerda Pastorutti, que acaba de publicar su décimo octavo álbum, "Parte de mí", producido por, entre otros, el colombiano Carlos Vives.

LA MADUREZ ARTÍSTICA

El último de su larga lista de discos de estudio y en directo, que incluye colaboraciones con sus compatriotas Los Auténticos Decadentes, la puertorriqueña Kany Garcia, la brasileña Paula Fernándes y la española India Martínez, llega en un momento especial para ella, tras superar algunos problemas de salud.

"El año pasado fue bastante difícil, empecé a tener problemas con mi voz, con mi fonación, por una cuestión del estómago... que se fueron solucionando pero que frenaron mucho el proceso de este disco y me hicieron replantear si estaba realmente cuidando a la artista en la forma de vivir", relata Sole.

Esa situación, unida a la pandemia del coronavirus que sorprendió al mundo, la llevó a tomarse las cosas con más calma: "Me armé un equipo de trabajo y a cada canción le dediqué mucho más tiempo, la acaricié".

"Me costó mucho encontrar el norte para un disco, porque siempre estoy tratando de reinventarme. Llevo casi 25 años en esto y empezó mi carrera con una explosión muy grande, siendo yo muy chica. Quizá yo todavía no era una artista, creo que el gran reto de ahí en adelante fue convertirme en una artista", añade sin perder la sonrisa.

Es por eso que este disco es "recontramaduro" desde todo punto de vista, ya que por primera vez ha estado en todos los detalles. "Y no se me escapó una en esta Sole actual", sentencia.

LA ALTA VARA DE LOS COMIENZOS

La precocidad con la que logró la popularidad y la vorágine artística vivida en estos años -con múltiples giras internacionales, premios y duetos con Santana, Joan Manuel Serrat, Alejandro Sanz, Juanes, Franco de Vita o Lila Downs-, de algún modo le impidió tener tiempo para conocerse a sí misma, algo que ahora parece haber logrado.

"Nunca paré en estos años. Ni estando embarazada paré. Trabajé hasta los 8 meses de embarazo y después cuando mi hija tenía dos meses salí de gira de nuevo, y creo que este momento me ayudó también a eso, a encontrarme desde lo más profundo y a decir, ¿realmente esta soy yo? sí, ¿realmente esto es lo que quiero decir? sí", afirma la también compositora.

Nacida tal día como hoy de 1980 en Arequito, en la provincia de Santa Fe, Sole empezó a cantar de niña, enamorada del folclore que le inculcó su padre. Y fue en 1996 cuando su vida empezó a cambiar, tras el éxito cosechado en el Festival Nacional del Folclore de Cosquín.

Sony Music le echó el ojo, la fichó y editó su debut, "Poncho al viento", que vendió más de 800.000 copias en muy poco tiempo.

"Esa es la vara con la que yo empecé mi carrera, muy alta. Y lo que entendí estos años es que esa nena carismática que tuvo el cobijo de la gente debía convertirse en una artista, comprometerse con ese público que le dio esa gran oportunidad y crecer vocalmente", remarca.

OPTIMISMO ANTE LA ADVERSIDAD

A pesar de la irrupción del virus, la vida continúa. Y Sole vuelve esta noche a subirse a un escenario para, a través de streaming, reencontrarse con su público e iniciar la gira por sus 25 años de trayectoria.

"La música acompaña siempre, en las buenas y en las malas y la gente necesita hoy de música", enfatiza la artista, que está casada y tiene dos hijas.

Y en "Parte de mí" se respira optimismo. 14 canciones de amor y desamor, tintes autobiográficos y hasta de problemas compartidos como la situación económica de Argentina, como relata en "Fiesta en el sur", en la que canta que no quiere saber "cuánto el dólar subió", que el virus llegó de la China y que la inflación es mayor pero la salva el amor.

"Me dedico un poco a contar la historia, que es lo que hizo siempre el folclore en mi país", indica.

Nada tiene en contra del reguetón y dice que le encanta "cantar todos los géneros que existan", pero reconoce que hay "vestidos" que no le quedan bien, "y menos con 40 años": "Los desafíos me encantan, canto cualquier cosa porque me divierte, pero al momento de subirme al escenario me siento mucho más cómoda con mi música".

Convencida de que por su propia exigencia aún no salió ni su mejor disco ni su mejor concierto -aunque reconoce que con su último trabajo se acerca-, para su futuro profesional solo pide mantener la vigencia artística sin olvidar lo fundamental: "Ser una mujer que logra reinventarse vital, alegre, feliz, con una hermosa familia y con buena música para compartir y ojalá con más público".

"Sueño con que mi música que llegó a toda la Argentina pueda llegar también a otras partes del mundo y que nadie me diga que mi música es solo argentina. Yo quiero que mi música sea para todo el mundo", concluye. 

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