Siete meses después del primer fallecimiento en Argentina por coronavirus, las autoridades no consiguen bajar la curva de contagios, que ahora aumenta en el interior del país tras unos primeros meses en los que la capital fue el epicentro, mientras se mantienen las restricciones a la movilidad.
El Ministerio de Salud contabilizó hasta la fecha un total de 824.468 contagiados, de los cuales 21.827 fallecieron, lo que sitúa al país suramericano como el octavo del mundo con mayor número de contagios y el número trece en cuanto a la cantidad de muertes, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Los especialistas desconocen cuales son los factores que han provocado la diferente evolución de la pandemia en China y Europa, donde la curva de casos descendió más rápido y ahora están conteniendo los rebrotes, en relación a lo que acontece en Argentina y en toda Latinoamérica, donde se da "un ascenso gradual sostenido y se mantienen en niveles elevados".
"El continente americano ha tenido un comportamiento con la pandemia distinto a lo que ocurrió en Europa, a lo que ocurrió en China, (...) Los factores que determinan eso no están totalmente claros, pero obviamente que mientras uno tiene un número de casos elevado es muy difícil flexibilizar todas las medidas, sin embargo en Argentina se han ido flexibilizando", señaló a Efe el epidemiólogo Pablo Bonvehí.