El presidente de EU, Donald Trump, quiere desencadenar un efecto dominó en el golfo Pérsico: desea que más países árabes sigan la estela de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin en el reconocimiento a Israel para, en última instancia, crear una coalición suní frente a la República chií de Irán.
"EU está intentando fortalecer la coalición contra Irán, está intentando unir a sus aliados frente a la República Islámica”, explica a Efe Hussein Ibish, analista del Instituto de los Países del Golfo Árabe en Washington.
Al mismo tiempo, el mandatario está usando los nuevos acuerdos con Israel para retratarse ante el público estadounidense como "líder efectivo" merecedor del Premio Nobel de la Paz, al que ha sido nominado por un parlamentario noruego, argumenta Ibish.
Desde que llegó al poder en 2017, Trump ha estructurado su política exterior en Oriente Medio en torno a dos ideas: la persecución a Irán, al que ha castigado con fuertes sanciones, y la protección a Israel, su gran aliado en la región y al que ha otorgado un sinfín de concesiones, como el reconocimiento de Jerusalén como su capital.
Por eso, para Washington, es un logro que los EAU y Baréin hayan decidido romper el boicot árabe que pesa sobre Israel desde hace más de siete décadas y que, hasta ahora, solo habían infringido Egipto y Jordania, que reconocieron a Israel en 1979 y 1994, respectivamente.