La estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood de Juan Gabriel, convertida en objeto de peregrinaje tras el fallecimiento este domingo del "Divo de Juárez", se volvió hoy a llenar de flores, lágrimas y rancheras a la espera de que se confirmen detalles sobre su funeral y homenajes oficiales.
El cuerpo del artista permaneció en su residencia de Santa Mónica hasta la noche del domingo, cuando fue trasladado a la funeraria Malinow Silverman, situada a pocos kilómetros del Fórum de Inglewood, donde el cantante ofreció el último concierto de su vida el pasado viernes, y del aeropuerto internacional de Los Ángeles.
Así lo confirmó Saúl Rodríguez, del Departamento de Policía de Santa Mónica.
El gobernador de Chihuahua, César Duarte, apuntó hoy que se prevé que el cuerpo se entregará a los familiares del artista el miércoles y que, presumiblemente, será desplazado a continuación a Ciudad de México, con una posible parada previa en Ciudad Juárez, donde el cantautor vivió su infancia y comenzó su carrera hace más de cuatro décadas.
Mientras se confirman esos detalles, los admiradores del músico volvían esta mañana a reunirse en torno a su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, ubicada en el cruce de Hollywood y La Brea, para encontrar alivio en los rezos, cantos, lloros, pancartas y las decenas de historias que se contaban unos a otros.
Desde primera hora un hombre embutido en un traje repleto de medallas, colgantes y una gorra naviera vigilaba celosamente ese rincón, asegurándose de que nadie perturbase los recuerdos depositados por los fans desde la tarde del domingo.
"Me he puesto elegante para la ocasión. Quiero presentar mis respetos a alguien por quien México está llorando ahorita. El mundo se paralizó con su muerte", afirmó Juan Carlos Hernández, acompañado por un equipo de música donde se sucedían los temas de Juan Gabriel.
Hernández asegura que mantenía una relación de amistad con el artista desde los tiempos en que servía como mesero (camarero) en el restaurante exclusivo El Campanario, de Acapulco.
"Yo era su amigo. Soy su amigo. Y por eso cuido de la estrella y me aseguro de que esté todo en orden", indicó Hernández, que valoró el hecho de que, antes de ser una estrella, el artista llevó a cabo trabajos similares a los que los inmigrantes latinos desempeñan en tierras estadounidenses.
"Era una persona muy humilde. Nos despedimos de una figura emblemática de México. No queda nadie como él", apostilló.
Gabriel Ortiz, cuyo nombre artístico es Gabriel Presenta, es un imitador profesional que lleva más de una década ganándose la vida replicando la voz, los movimientos y hasta la forma de cantar de su ídolo en eventos y fiestas.
"Es un honor y un privilegio estar aquí hoy", indicó, "aunque lamento que sea por un hecho que tiene al mundo devastado".
Ortiz, ataviado con una chaqueta color azul eléctrico, un pañuelo de flores multicolor, gafas de aviador y botas camperas, no dudó en entonar las estrofas de "Amor eterno" ante los sollozos de varias mujeres que se encontraban a su alrededor.
"He dedicado toda mi vida a tratar de alcanzar la perfección del personaje", comentó el artista.
Una de esas personas que no podían contener las lágrimas era María Rosas, que pensó que la muerte de Juan Gabriel era "una burla de Facebook".
"Es muy doloroso para sus admiradores de toda la vida, pero queda en nuestros corazones por siempre. Nunca habrá otro como él. Sus canciones son inconfundibles y su carisma, único. Sufrió mucho de niño y eso le hizo ser aún más grande. Entendió a su público, se desvivía por él. Era fácil identificarse con su música", sostuvo.
Por su parte, Ana Martínez, productora de las ceremonias del Paseo de la Fama, depositó unas flores en la estrella del músico en nombre de la Cámara de Comercio de Hollywood y reconoció que se trataba de "un día muy triste" para toda la comunidad.
"Era un hombre muy amado y lo echaremos de menos. Nos ha dejado muy pronto. Gracias a los fans también por venir a rendir su propio tributo", señaló Martínez, que recordó que Juan Gabriel recibió su estrella en el Paseo de la Fama en una ceremonia celebrada en 2002.
"Fue un día bonito. Sus fans, como hoy, no dejaron de cantar. Juan Gabriel estaba encantado con su estrella. Era un hombre de familia humilde y esto para él era algo extraordinario".
Incluso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se pronunció hoy al respecto al definir al artista como uno de los "más grandes músicos latinos", capaz de trascender "fronteras y generaciones".
"Su espíritu vivirá en sus canciones duraderas y en los corazones de sus fans que lo aman", agregó.