Veinte estudiantes de Sudán, Eritrea, República Democrática del Congo y Sudán del Sur llegaron hoy a Roma para estudiar en universidades italianas como becarios del proyecto "University corridors for refugees".
Estos estudiantes, entre los que hay una mujer, fueron elegidos por sus méritos académicos y su motivación en un concurso público por comisiones de cada centro y continuarán su formación académica en una de las 10 universidades participantes en el proyecto, según una nota la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que lo puso en marcha el año pasado.
El principal obstáculo que impone la pandemia de coronavirus antes del inicio del curso a los recién llegados es la cuarentena obligatoria, tras la cual se dirigirán a la Universidad de Cagliari, a la de Florencia, a la de L'Aquila, la Statale de Milán, la Universidad de Padua, la de Perugia, la de Pisa, la Luiss de Roma,la de Sassari o la Iuav de Venecia.
El Uni-co-re ("University Corridors for Refugees") tiene este año una mayor afluencia frente al piloto iniciado en 2019, en el que participaron solo dos universidades y cinco estudiantes etíopes.
Además, según el nuevo protocolo, las universidades, también a través del apoyo fundamental de una gran red de socios locales, garantizarán la ayuda necesaria para que los estudiantes asistan a un programa de maestría de dos años y se integren en la vida universitaria.
La iniciativa la llevan acabo de forma conjunta el Ministerio de Asuntos Exteriores, ACNUR, Caritas Italiana y Diaconia Valdese, a las que se suma el apoyo clave de la Universidad de Bolonia (promotora de la edición de 2019) y una amplia red de socios, ya sea en Italia o en Etiopía a través de la Gandhi Charity.
"Estamos muy felices por este extraordinario resultado", declaró Chiara Cardoletti, representante de ACNUR para Italia, la Santa Sede y San Marino. "Con esta iniciativa, Italia demuestra su deseo de estar a la vanguardia en la búsqueda de soluciones innovadoras para la protección de los refugiados".
Según un informe de ACNUR, solo un 3% de los refugiados tiene acceso a la educación superior.
A través de proyectos como el Uni-co-re pretenden alcanzar para 2030 una tasa de inscripción del 15% en programas de educación superior para refugiados en países de acogida y terceros países, incluso a través de la expansión de rutas de acceso seguro que consideren las necesidades y aspiraciones legítimas de los refugiados para construir su futuro con dignidad.