Prohibir alimentos y bebidas con alto contenido calórico en la Ciudad de México (CDMX) no resolverá el problema de la obesidad, afectará los empleos del sector formal y le caerá como anillo al dedo a la informalidad al impulsarse el tráfico de alimentos, dijo el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en la capital del país, Armando Zúñiga Salinas.
Aprobar estas medidas sin ningún estudio previo "provocará un daño irreversible a las cadenas de valor, perjudicando principalmente a los sectores que viven del comercio", dijo el líder del sindicato patronal en la CDMX.
Zúñiga Salinas afirmó que de prosperar la iniciativa le caerá como anillo al dedo a la economía informal y también a la ilegal, porque "se generaría un tráfico de alimentos del cual, el Gobierno no solamente carecería de control, sino que tampoco vería un solo centavo por concepto de impuestos".
Para el líder de la Coparmex capitalina, esta iniciativa no resuelve el tema de la obesidad o la diabetes sino que tiene múltiples causas.
"Estas iniciativas son discrecionales y discriminatorias pues focalizan el problema del sobrepeso y la obesidad al consumo de determinados productos y deja de considerar los múltiples factores de la problemática, sin comprometer a la autoridad y los recursos disponibles que tiene para la ejecución de una estrategia integral que abarque los beneficios de tener una alimentación balanceada y combatir el sedentarismo", dijo.
En Oaxaca y Tabasco ya se aprobaron leyes que prohíben la venta de alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar y calorías a menores de edad, además de que hay iniciativas en varios estados del país en los que se quiere replicar la medida, así como imponer un impuesto a refrescos y otros alimentos llamados chatarra.