El Fondo para la Infancia de Naciones Unidas (Unicef) urgió este viernes a las autoridades libanesas a encontrar soluciones para que los niños vuelvan a la enseñanza, también de forma remota, lo antes posible en Beirut, donde al menos 163 escuelas públicas y privadas se vieron afectadas por la explosión de hace un mes.
"Estamos increíblemente preocupados por los daños sustanciales sufridos por las escuelas en las zonas más afectadas y el impacto que esto podría tener para los niños. El cierre de escuela debido a la COVID-19 agrega un desafío adicional, pero es esencial que encontremos soluciones urgentes para que los niños vuelvan a aprender, también de forma remota, lo antes posible", afirmó la representante de Unicef para el Líbano, Yukie Mokuo, en un comunicado.
El año escolar comienza a finales de este mes en el Líbano "y al menos 163 escuelas públicas y privadas resultaron dañadas por la explosión, impactando a más de 70,000 estudiantes y 7,600 maestros", aseveró Unicef al lanzar hoy un breve informe titulado "Todo a mi alrededor está en ruinas".
Asimismo, la agencia de la ONU indicó en la nota que asegurar que los niños tengan acceso a la educación es "una prioridad clave para Unicef" porque no solo "brinda a los niños oportunidades para el futuro, también puede brindarles a los niños y sus padres con un sentido de normalidad, devuelven un sentimiento de esperanza para el futuro y brindan espacio para los niños que están atravesando un trauma".
Unicef estima en 600,000 niños los que viven en un radio de 20 kilómetros de la explosión y que podrían estar sufriendo "efectos negativos a corto y largo plazo" en lo que se refiere al impacto psicológico.
"Cuando ocurren desastres, la educación puede brindar un salvavidas para los niños cuyas vidas han dado la vuelta por completo, proporcionando un espacio segura en al escuela y una sensación de normalidad en medio del caos", explicó Mokuo.
El pasado 4 de agosto, explotaron 2,750 toneladas de nitrato de amonio que habían estado almacenadas en el puerto de la capital libanesa durante seis años, una catástrofe que ha dejado a unas 300,000 personas sin hogar.
El Banco Mundial (BM) estimó el pasado lunes en hasta 4,600 millones de dólares los daños ocasionados por la explosión, una estimación muy por debajo de la ofrecida por el presidente libanés, Michel Aoun.