La Isla Decepción del continente Antártico es una zona de especial interés turístico y sobre todo, científico, pero este lugar también tiene uno de los volcanes más activos de la Antártida y su vigilancia, por tanto, es esencial para asegurar el trabajo de los científicos en la isla, algo de lo que se encargarán dos Ministerios españoles.
Para ello, los ministros de Ciencia y Tecnología, Pedro Duque, y de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), José Luis Ábalos, firmaron este jueves un protocolo que asegura la vigilancia volcánica de la Isla Decepción, en la que se encuentra la Base Antártica Española (BAE), Gabriel de Castilla, un puesto estable en el que cada verano investigadores españoles llevan a cabo decenas de proyectos científicos.
Desde hace veinte años, esta isla, que cada año recibe más de 20.000 turistas, está gestionada por Argentina, Chile, Noruega, España, Estados Unidos y el Reino Unido.
"Situada en el archipiélago de las Shetland del Sur, a 120 km de las costas del continente Antártico, y separada por Estrecho de Drake de las tierras de América del Sur, la Isla Decepción posee uno de los pocos volcanes activos de la Antártida" que sigue registrando erupciones, la última, en 1970, dañó las bases científicas de Chile y Reino Unido, recordó Ábalos.
Desde entonces, la isla registró diversos episodios de "unrest" volcánico (indicativo de actividad y que podría ser preludio de una erupción) en 1992, 1999, 2014-2015 y 2019.
"La vigilancia volcánica de la isla Decepción es imprescindible para la apertura de la BAE Gabriel de Castilla y el desarrollo de actividades en la isla", explicó Duque.
Las nuevas responsabilidades que asumirá el Mitma son una extensión natural de las competencias del Instituto Geográfico Nacional (IGN) que desde 2004 vigila y valora las posibles situaciones de emergencia volcánica en España, especialmente en las Islas Canarias donde cuenta con un sistema de alerta y vigilancia desplegado en más de 150 estaciones con sismógrafos, gravímetros, estaciones GPS e instrumentación de técnicas geoquímicas.
Con la firma de este protocolo, Mitma, además de iniciar nuevas actividades como miembro del Comité Polar Español (CPE), establecerá un sistema de vigilancia volcánica aplicando los métodos y sistemas que ya emplea para la vigilancia volcánica de Canarias, asistiendo al CPE en las decisiones que le correspondan y, particularmente, cuando "tenga que avisar de la apertura o cierre de la isla durante las campañas científicas presenciales", dijo Ábalos.
El nuevo sistema tendrá carácter continuado, permanente y fiable, e incluirá tareas de inspección, valoración de la actividad y alerta volcánica, manteniendo las series temporales de datos hasta ahora existentes proporcionando continuidad a los estudios científicos sobre la zona, llevados a cabo por las Universidades españolas de Cádiz y Granada.