VIENA, 31 agosto.
Con una ocupación del 96 %, más de 76.000 espectadores y cero contagios, el Festival de Salzburgo ha terminado una complicada edición, marcada por la pandemia y por la celebración de su centenario, demostrando que es posible organizar eventos culturales pese a las restricciones que impone la COVID-19.
La dirección del Festival ha hecho públicos los datos del certamen, que terminó sus 30 días de funciones de teatro, conciertos y ópera, celebrado pese al coronavirus y mientras otras grandes citas culturales, como el de Bayreuth, decidieron cancelar o adaptarse a ediciones virtuales.
En su resumen de este año, Salzburgo indica que las expectativas no solo se cumplieron, "sino que incluso se superaron con creces".
El programa del Festival (recortado este año tanto en duración como en número de funciones) ha consistido en 110 representaciones, a las que han acudido más 76.000 espectadores, que se han dejado 8,7 millones de euros (10,4 millones de dólares) en entradas.
VENTA DE ENTRADAS
El Festival ha vendido así el 96 % de las entradas disponibles, solo un punto menos que el pasado año, pese a las restricciones de viaje que han impedido la llegada de espectadores de fuera de Europa.
Pese a esa elevada asistencia de público, no se han detectado ni brotes ni contagios individuales. Únicamente hubo un positivo, semanas antes de que comenzara el certamen, de una trabajadora que participaba en los preparativos.
El Festival ha aplicado un meticuloso plan de prevención e higiene para garantizar la seguridad tanto de público como de empleados y artistas.
A la limitación de asistencia de hasta 1.000 personas por función (límite marcado por el Gobierno austríaco para cualquier evento) se añadió un plan para la realización de alrededor de 3.600 pruebas de COVID-19 a todos los empleados.
Además, se impuso la obligación de llevar mascarilla en todos los espacios, exceptuando durante la representación de las obras, así como estrictas medidas de distancia social.
El ministro de Sanidad austríaco, Rudi Anschober, defendió el éxito y ejemplo que para el resto del mundo ha supuesto la organización este año de este certamen de música clásica, uno de los más importantes a nivel internacional.
"Salzburgo es una prueba de que incluso durante la pandemia más grave del mundo en 100 años, se pueden aplicar con éxito grandes eventos culturales", declaró en un comunicado del Ministerio de Salud de Austria.