El río Santa María, uno de los más importantes de Panamá y "seriamente amenazado" por el cambio climático, es ahora un laboratorio donde se ensayan políticas de adaptación climática que buscan preservar su potente caudal y su rica diversidad biológica.
Este río, uno de los más valiosos del país centroamericano, discurre por sus provincias centrales alimentando las áreas costeras del Pacífico de lo que se conoce específicamente como el arco seco de Panamá.
Con una cuenca que comprende 3,326 kilómetros cuadrados y una longitud de 168 kilómetros, sus corrientes recorren las provincias de Veraguas, Coclé y Herrera, a las que abastece de agua para el consumo, la agricultura y la producción de café, además de otros usos ecológicos.
Los manglares de su desembocadura son considerados una "pieza fundamental" del complejo de humedales de la Bahía de Parita que está ubicada al extremo occidental del Golfo de Panamá y que abraza una parte de la zona costera de Coclé y Herrera, e importante para la biodiversidad y la fauna del país.