La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas en territorio ocupado (OCHA) pidió hoy a Israel restablecer el envío de combustible a Gaza, cuya única planta eléctrica ha quedado paralizada cuando la franja intenta contener una rápida propagación del coronavirus.
OCHA alertó de que el aumento de las hostilidades de las milicias palestinas y las medidas punitivas que impone Israel como respuesta están deteriorando la situación humanitaria y desde el 18 de agosto el enclave solo recibe cuatro horas de electricidad al día.
Se trata de "una situación difícil en cualquier momento, pero especialmente grave dados los esfuerzos por contener el brote" que comenzó el pasado 24 de agosto, cuando se detectaron los primeros casos de coronavirus fuera de los centros de cuarentena.
El Ministerio de Sanidad informó hoy de 69 positivos más en 24 horas, lo que eleva a 234 los casos detectados en áreas pobladas de este reducido enclave de dos millones de personas con alta densidad de población.
Hasta ahora Gaza había conseguido controlar la pandemia al detectar y aislar a los enfermos de la COVID-19 en centros de aislamiento fronterizos, antes de que tuvieran contacto con el resto de la población. Desde marzo ha registrado 356 positivos y cuatro fallecidos.
OCHA reclamó también al movimiento islamista Hamás, que controla de facto el enclave, parar e impedir el lanzamiento de proyectiles y de globos con explosivos hacia Israel que han aumentado este mes de agosto, tras meses de relativa calma.
Las autoridades israelíes responden con bombardeos sobre objetivos de Hamás y con medidas punitivas como reducir el área de pesca o limitar el envío de productos, que deben pasar por el único cruce comercial del enclave que está controlado por Israel.
"La situación está obstaculizando la prestación de servicios en las instalaciones de cuarentena y la capacidad del sistema de salud para hacer frente a las crecientes demandas, como la capacidad de detectar nuevos casos de COVID-19", alertó.
La falta de electricidad también está "socavando gravemente" los pozos de agua, estaciones de bombeo y plantas de tratamiento de aguas residuales y algunas plantas de desalinización.
Desde que Hamás tomara el control en 2007 de la franja de Gaza, Israel impuso un férreo bloqueo por tierra, mar y aire que endurece en los periodos de tensión con las milicias palestinas.