Casi 500 refugiados que huyeron de la violencia política en Burundi fueron repatriados este jueves de forma voluntaria desde Ruanda, tras cinco años alojados en el campamento de Mahama, en el este de este país.
La repatriación fue efectuada por el Gobierno de Ruanda, con la colaboración de las autoridades burundesas y el Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), según informó hoy el ministerio ruandés de Gestión de Desastres en un comunicado.
"5,922 refugiados se han marchado ya de forma voluntaria a Burundi, devolviendo sus documentos de refugiados en los puestos fronterizos ruandeses", informa el ministerio en la nota, que precisa que ACNUR ha recibido 1.800 peticiones más de repatriación.
La portavoz de ACNUR, Elise Villechalane, dijo a Efe que de esas 1.800 peticiones, se han procesado 471, que son los que vuelven hoy a su país, ya que, según la agencia de la ONU, el Gobierno burundés no tiene la capacidad de reasentar cantidades muy grandes.
"Seguiremos registrando a todos aquellos que quieran volver a casa, pero la repatriación se hará en fases, debido a las inevitables circunstancias de la parte burundesa", señaló la portavoz.
Emmanuel Bizimana, uno de los refugiados repatriados anoche, declaró a Efe que creía que la situación en su país ha mejorado y que consideraba que lo mejor para su familia y para él es volver a casa.
La situación política en Burundi ha cambiado después de que el presidente Pierre Nkurunziza, que persiguió a la oposición y cualquier forma de disidencia, falleciese de forma abrupta el pasado 9 de junio.
"Nuestro nuevo presidente (Évariste Ndayishimiye) nos ha pedido que volvamos, y nos ha asegurado que estaremos a salvo. Ahora que el que nos hizo huir ya no está en el poder y murió, creemos que no hay más peligro para nosotros", explicó Bizimana.
"Damos la bienvenida a nuestros hermanos y hermanas que han regresado del exilio en Mahama. Es una gran alegría para sus familias y para Burundi", afirmó hoy en su cuenta de Twitter Ndayishimiye, investido presidente el pasado 18 de junio tras ganar las elecciones de este 20 de mayo.
La actual repatriación se produce tras la petición del mes pasado de 330 refugiados burundeses del campamento de Mahama a Ndayishimiye de una vuelta digna y legal a su país natal.
Según el Gobierno de Ruanda, casi 72.000 refugiados burundeses han sido acogidos en sus fronteras desde 2015, año en que Nkurunziza, en el poder desde 2005, decidió presentarse a un tercer mandato ilegal, desencadenando protestas y una nueva oleada de persecución política y policial que causó un millar de muertos.
Ruanda, que desde hace décadas mantiene una política de fronteras abiertas con los refugiados, acoge a unas 149.000 personas; un 49 % de la República Democrática del Congo (RDC), distribuidas en cinco campamentos, y un 48 % de Burundi, en su mayoría ubicados en Mahama.