Los golpistas malienses que la pasada semana derrocaron al presidente Ibrahim Boubacar Keita (IBK) y a todos los ministros de su gobierno, y se llevaron presos a todos ellos, buscan ahora una legitimidad que por el momento solo le dan, aunque con fervor, las calles de Bamako.
El Comité Nacional de Salvación del Pueblo (CNSP), órgano creado por los golpistas, ha recibido el espaldarazo del Movimiento 5 de junio-Reagrupación de Fuerzas Populares (M5-RFP), que durante meses ha agitado las calles malienses exigiendo la partida de IBK.
El pasado viernes, en una de las mayores manifestaciones que se recuerdan en Bamako, convocada por el M5-RFP, los malienses dieron vivas a los golpistas, y a ella acudió el imán Mahmud Dicko, una figura muy respetada en todo Mali y que con su sola presencia bendijo de alguna manera el golpe de estado.