El reinicio de las conversaciones entre el Gobierno y la oposición siria con el objetivo de redactar una nueva Constitución, tras una parada de nueve meses, debería servir para generar confianza mutua, pero no hará milagros, pronosticó hoy el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen.
El mediador ha conseguido que, en medio de la pandemia en la que el mundo está inmerso, los 45 miembros del Comité Constitucional reducido puedan viajar a Ginebra y reunirse a partir del próximo lunes 24 durante una semana.
Se trata de quince representantes del Gobierno del presidente, Bashar al Asad, otros quince de la Comisión Negociadora Siria (una coalición opositora), mientras que los quince restantes son representantes de la sociedad civil.
El pasado noviembre este Comité se reunió por primera vez y, aunque no hubo avances concretos por los desacuerdos entre las partes para acordar una agenda común, transmitió cierta esperanza de que, tras siete años de diplomacia fallida, un proceso político pudiese poner fin al conflicto armado que sufre Siria desde 2011.
Según Pedersen, tras esa reunión el Gobierno y la oposición lograron en marzo acordar una agenda de trabajo común para un siguiente encuentro, pero ello coincidió con la pandemia y las restricciones de viaje, lo que retraso el proceso hasta ahora.
"Han pasado nueve meses desde la última vez que nos vimos y sabíamos que habría altos y bajos. Lo que hemos aprendido es la gran importancia de respetar el acuerdo negociado, los términos de referencia y las reglas de procedimiento, como la base de las reuniones que tendremos", comentó Pedersen en una rueda de prensa.
"Esta es una lección aprendida y esperamos poder avanzar en los próximos meses", agregó.
Los participantes en esta negociación llegarán este fin de semana a Ginebra. Pedersen planea reunirse informalmente y por separado con los copresidentes del Comité Constitucional: Ahmad Kuzbari, por el Gobierno, y Hadi al-Bahra, por la oposición.
Los 45 miembros del Comité Constitucional tendrán que pasar una prueba de coronavirus en su lugar de partida y otra cuando lleguen a Suiza, de acuerdo a lo acordado con el país anfitrión.
Las reuniones se realizarán en la misma sala de la sede de la ONU en Ginebra que en octubre del año pasado acogió a los 150 miembros del pleno del Comité Constitucional, en el primer evento político que ha permitido vislumbrar alguna posibilidad de solución a la guerra civil en Siria.
De esos 150 constituyentes se eligió a 45 que, en principio, tienen la responsabilidad de redactar la nueva Constitución, el paso previo a la celebración de elecciones libres conforme lo establecido por el Consejo de Seguridad de la ONU.
El tamaño de la sala de reuniones permitirá que los participantes guarden la distancia social aconsejada de 1.5 metros y todos deberán usar mascarilla durante las sesiones, explicó Pedersen.
El representante de la ONU sostuvo que la reunión de una semana "será un paso en la dirección correcta" y que si es bien dirigida por los copresidentes puede servir para generar confianza entre las partes rivales y enviar un mensaje de esperanza al pueblo sirio.
En esta línea, reiteró: "Necesitamos ver progresos en la cuestión de los secuestrados, detenidos e información sobre los desaparecidos" durante el conflicto.
Pedersen anticipó que la próxima semana habrá "ansiedad, seguirán los altos y bajos, las diferencias marcadas de opinión, posiciones diferentes de lo que se debe hacer", pero insistió en que, al mismo tiempo, será una oportunidad de crear confianza.
"Por supuesto que esto tomará tiempo, pero una expresión de ello sería que haya discusiones de fondo, que se identifique cómo podemos avanzar, acordar cuándo será la próxima reunión y su agenda", explicó el enviado de la ONU.