Residentes de Flora, un suburbio al suroeste del distrito de Paramaribo, en Surinam, enviaron una carta este lunes a las autoridades del país suramericano en la que se pide la retirada inmediata del nitrato de amonio depositado en un almacén, cuya cantidad no se desvela.
La carta, cuyo contenido es revelado por medios locales, está dirigida en concreto a la Dirección de Seguridad Nacional y al Centro Nacional de Coordinación para la Gestión de Desastres (NCCR).
La iniciativa está relacionada con el miedo entre la población generado tras la explosión el martes pasado en Beirut por combustión de toneladas de nitrato de amonio, lo que ha dejado hasta el momento 160 muertos y 6.000 heridos, según el último recuento oficial del Ministerio de Salud local.
Flora cuenta con una población que ronda las 20.000 personas, según el censo nacional de 2012, los últimos datos disponibles.
Los residentes de Flora y alrededores denuncian que quieren que el cargamento de nitrato de amonio depositado en un almacén se retire lo más rápido posible.
"No creemos que sea seguro almacenar este material en o cerca de centros residenciales. En cualquier caso creemos que es una sensación aterradora", dijo a medios locales Frans Eersteeling, un representante de los residentes en el área.
"No sabíamos que ese material estaba almacenado allí. Ves el almacén y veces te preguntabas qué había allí", agregó Eersteeling.
Los residentes también enviaron cartas abiertas a los miembros del nuevo gobierno de coalición para solicitar una respuesta lo antes posible.
Los vecinos solicitan además que la compañía Newmont, propietaria del almacén donde está depositado el nitrato de amonio, dé una respuesta a lo más tardar esta semana.
Newmont, en un comunicado reciente, dijo que el nitrato de amonio se almacena de acuerdo con los estándares aceptados internacionalmente, pero los residentes insisten en que esto no disipa sus preocupaciones.
"En Enschede también se dijo que las cosas se almacenaban de acuerdo con los estándares internacionales y, sin embargo, se produjo un desastre allí", explicó Eersteeling, recordando el incidente de los fuegos artificiales en la ciudad holandesa en enero de 2019.
Los vecinos exigen una explicación en el plazo de una semana y la reubicación inmediata de la sustancia en un entorno que cumpla con las condiciones establecidas para material extremadamente peligroso, así como vigilancia militar o altamente calificada del complejo.