Las autoridades de la Gobernación de Beirut han informado de que los daños podrían rondar los 3,000 o 5,000 millones de dólares.
La ONU anunció este jueves que facilitará ayuda financiera de emergencia al Líbano en respuesta a la devastación causada por la explosión en el puerto de Beirut, con una primera partida de 9 millones de dólares procedentes del Fondo Humanitario para el país.
A ese dinero se sumará más procedente del Fondo Central de Respuestas Humanitarias, según adelantó en su conferencia de prensa diaria el portavoz Farhan Haq, sin precisar qué cantidad se espera.
El objetivo principal es dar apoyo inmediato a los hospitales, dado el alto número de heridos que dejó la deflagración y a las dificultades que ya había previamente en ese sector.
Según el portavoz, se reforzará la capacidad de los hospitales expandiendo unidades de cuidados intensivos existentes y abriendo otras nuevas y facilitando al país equipos y medicamentos.
Con ese fin, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha ofrecido ayuda para cubrir un millar de intervenciones de traumatología y otras mil operaciones quirúrgicas para personas que han sufrido quemaduras y heridas en el suceso.
Según la OMS, la explosión ha dejado inoperativos tres hospitales y ha causado daños importantes en otros dos, haciendo que se pierdan unas 500 camas.
Naciones Unidas, mientras, continúa evaluando las necesidades sobre el terreno en coordinación con las autoridades libanesas y ha desplegado expertos para apoyar esas tareas.
Dada la destrucción en el puerto de Beirut, la ONU y sus socios humanitarios están explorando alternativas para asegurar que sus operaciones puedan continuar.
Según Haq, lo más probable es que se desvíen entregas a través del puerto de la ciudad de Trípoli, aunque ello plantea problemas, dada su menor capacidad.
El puerto de Beirut era utilizado por la organización para mover suministros en la región, incluida ayuda destinada a Siria, donde tiene una importante operación humanitaria.
La explosión del martes, ocurrida tras un incendio que se sospecha está vinculado con una segunda detonación por motivos aún no determinados, generó la deflagración de 2.750 toneladas de nitrato de amonio, según el Gobierno.
La detonación generó una enorme onda expansiva que afectó a miles de viviendas y edificios destruyendo cristales y muros, lo que ha llevado a gran parte de la población de esa parte de la ciudad a buscar un techo en otros lugares.
Las autoridades de la Gobernación de Beirut han informado de que los daños podrían rondar los 3,000 o 5,000 millones de dólares.