Reabrir las escuelas en aquellos países donde la transmisión del coronavirus aún sea alta "sólo empeorará la situación", advirtió hoy el director de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el irlandés Mike Ryan.
La muerte del cacique Aritana fue confirmada por sus familiares en un mensaje difundido en las redes sociales y ocurrió quince días después de que había sido hospitalizado en la ciudad de Goiania, a la que fue trasladado de urgencia desde las selvas del Alto Xingú, una de las regiones indígenas más afectadas por el virus.
Aritana fue llevado hasta Goiania, capital del estado central de Goias, en una ambulancia que demoró diez horas en hacer el trayecto desde su aldea y que fue equipada con cinco tubos de oxígeno, según informaron los médicos responsables de su traslado.
"Vamos a salir de esto. Somos guerreros", llegó a declarar a periodistas al ser ingresado en el hospital en que finalmente murió este miércoles, después de quince días hospitalizado y una semana inconsciente e intubado.
Según la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (Apib), entre los cerca de 900.000 indios que existen en el país ya se han registrado 22.325 casos de COVID-19, con unas 640 muertes.
El coronavirus, de acuerdo a la misma fuente, ya ha llegado a 148 de las 305 etnias, que en su mayoría viven en reservas situadas en la Amazonía.
En Brasil, el segundo país más afectado por la pandemia, sólo por detrás de Estados Unidos, ya se han registrado un total de 96.000 muertes y poco más de 2,8 millones de contagios.
Aritana fue uno de los escuderos del cacique Raoni Metuktire en la defensa del mayor pulmón vegetal del planeta durante las últimas décadas y pasó toda su vida en la aldea Yawalapiti, enclavada en el corazón del Alto Xingú, una de las zonas indígenas más conflictivas por la constante acción de mineros y madereros ilegales.
El activismo de Aritana llegó a inspirar hasta una telenovela, que fue realizada por la extinta cadena de televisión Tupi en 1978 y que tuvo su nombre.
En las últimas semanas, también víctimas de coronavirus, habían fallecido un hermano y una sobrina de Aritana, quien había advertido sobre el peligro que entrañaba esa enfermedad para los pueblos indígenas, que carecen de redes sanitarias apropiadas y son parte de los grupos más vulnerables.
La muerte del líder indígena ocurrió apenas unos días después de que el cacique Raoni, de casi 90 años, recibió el alta hospitalaria, tras permanecer ingresado debido a una infección intestinal.