Benjamín Guerrero López, coordinador de la Clínica del Programa de Salud Mental de la UNAM, explicó que algunos trastornos como la depresión o la ansiedad generan problemas de alcoholismo.
En junio de 2018, Rebeca fue por primera vez a una sesión de Alcohólicos Anónimos; tenía más de 10 años que ingería alcohol con regularidad. En el último año bebía todos los días y al menos dos veces a la semana perdía el conocimiento o se ponía agresiva con sus hijos, por lo que buscó ayuda.
Tras 21 meses de mantenerse sobria, con la llegada del Covid-19 a México y la implementación de la Jornada Nacional de la Sana Distancia, no pudo acudir a sus sesiones y recayó. La combinación de alcohol con otros medicamentos provocó su muerte el pasado 26 de junio.
El incremento de las adicciones durante el confinamiento aún parece estar en el limbo, aunque autoridades y expertos alertan de un posible recrudecimiento.
Gady Zabicky Sirot, titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), dijo a EL UNIVERSAL que aún es pronto para saber si realmente hubo un incremento en el consumo de alcohol durante el confinamiento o si personas con adicciones recayeron, pero lo que sí identificaron, indicó, fue a una pequeña población con dependencia a las bebidas alcohólicas.
"Tenemos que ver cómo ha incrementado la solicitud de ayuda. Hemos recibido llamadas de menores de edad y adultos que consumen alcohol o tabaco y quieren dejar de hacerlo. Son números que tienen que procesarse bien, pero a ojo de buen cubero sí nos arrojan un incremento. Identificamos también a sujetos con dependencia leve que no teníamos registrados", detalló.
Según la Central Mexicana de Alcohólicos Anónimos, los grupos de AA funcionaron con "cierta normalidad" durante la Jornada Nacional de Sana Distancia, pero sí disminuyó la asistencia a sesiones, ya que en su mayoría se hacían de forma virtual, lo que aumentó la posibilidad de que los asistentes recayeran.
"Por disposición sanitaria, se suspendieron todas las actividades presenciales de Alcohólicos Anónimos, como las visitas a centros de trabajo, escuelas o instituciones del sector Salud para transmitir el mensaje preventivo. Algunos grupos abrían con precauciones y otros implementaron sesiones virtuales, pero no tenían 100% de asistencia.
"Es probable que algunos recayeran a su adicción, pero al momento no tenemos cifras precisas", dijo Roberto Karam Araujo, presidente de la Central Mexicana de AA.
En 2016, Rebeca perdió su empleo como mesera; seis meses después empezó a tomar con más frecuencia, a la hora de la comida o antes de dormir.
"No entendíamos al alcoholismo como una enfermedad. Un día la encontré tomando a las 10:00 horas, la regañé y me aventó la botella, se me fue a los golpes, llegó mi hermano y me ayudó a calmarla, la llevamos con un médico particular, le hicieron un lavado gástrico. Ese día nos dijeron que era alcohólica", relató Marisol, su hija mayor.
Benjamín Guerrero López, coordinador de la Clínica del Programa de Salud Mental de la UNAM, explicó que algunos trastornos como la depresión o la ansiedad generan problemas de alcoholismo.
"Cada vez son más las mujeres quienes consumen alcohol como una forma de disminuir el dolor emocional durante sus estados depresivos. Conforme la dependencia a esta sustancia aumenta, el cerebro se daña y se llegan a desarrollar trastornos parecidos a la demencia o sicóticos, como la esquizofrenia", externó el especialista.
Tras varios episodios violentos y cuatro visitas al hospital, Rebeca se integró a Alcohólicos Anónimos, pasó más de un año sobria hasta que llegó el coronavirus.
En abril, Mari se dio cuenta de que su mamá recayó, por lo que trató de que asistiera a las reuniones virtuales, pero no fue suficiente.
El 26 de junio, Rebeca discutió con sus hijos porque no la dejaban beber, se encerró en su cuarto y cuando pudieron entrar, estaba tirada en su cama. La ambulancia llegó en menos de una hora, pero ya había muerto.
"Nos explicaron que tuvo un infarto, pero fue consecuencia de combinar sus medicamentos con alcohol", relató Mari.
Karam Araujo comentó que sólo 8% de las mujeres que presentan dependencia al alcohol asisten a algún tratamiento y que prefieren terapias individuales para su recuperación.
Para Marisol, el Covid-19 no fue la causa directa de la muerte de su mamá, pero sí cree que el confinamiento arreció su ansiedad. Trata de que sus hermanos y ella no se culpen por lo sucedido, puesto que afirma que convivir con una persona con alcoholismo no es fácil.
"A lo mejor no supimos cómo acompañarla, hicimos lo mejor que pudimos, pero no buscamos apoyo para nosotros, para saber cuál era la mejor manera para que ella estuviera bien. Cuando entró a AA nos dieron sesiones familiares, pero creo que nos faltó más guía", dijo.