El ocultamiento de su imagen ha sido constante desde su llegada a México la madrugada del pasado 17 de julio.
El operativo oficial para evitar la exposición del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, continuó, luego de que, para que no fuera visto por los medios, el testigo colaborador de la FGR fue dado de alta del hospital en la madrugada y se le concedió, bajo el argumento del Covid-19, firmar vía correo electrónico el libro de procesados en lugar de ir al Reclusorio Norte.
Para mantener el beneficio de la libertad condicional, Lozoya tiene la obligación de ir los días 1 y 15 de cada mes para cumplir con las medidas cautelares dictadas por los jueces que lo procesaron por "lavado" de dinero, cohecho y asociación delictuosa por los casos Agro Nitrogenados y Odebrecht.
Lozoya salió del hospital custodiado por elementos de la Policía Federal Ministerial (PFM), rumbo a un domicilio que no fue revelado por la fiscalía general por razones de seguridad, pero dentro de la capital del país, según informaron funcionarios federales.
Permanecerá ahí con vigilancia especial de los agentes de la Policía Federal Ministerial, ya que tiene la prohibición de salir de la Ciudad de México y, en general, del país.
El ocultamiento de su imagen ha sido constante desde su llegada a México la madrugada del pasado 17 de julio. En ese momento, la FGR instrumentó un montaje para simular su traslado hacia el Reclusorio Norte, el cual fue seguido por medios de comunicación.
Posteriormente se supo que era un señuelo para que el exfuncionario fuera trasladado al hospital, donde permaneció hasta este sábado.