Las muertes por la COVID-19 en el Reino Unido aumentaron este viernes hasta las 46.119, tras sumar 120 en las últimas 24 horas, con lo que el país se mantiene como primero de Europa y tercero del mundo más afectado por la pandemia.
En su parte diario, el ministerio de Sanidad y Atención Social señaló que hasta la fecha se han registrado 303.181 contagios, de los que 880 fueron también en las pasadas 24 horas, la mayor cifra diaria en un mes.
Estos números respaldan las cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), que informó hoy de que ha detectado un repunte de la COVID-19 "en la comunidad", con una prevalencia de 1 contagio cada 1.500 personas, al margen de lo que también ocurre en hospitales y residencias de ancianos.
No obstante, la cifra total de fallecimientos podría ser mayor, pues aunque el Gobierno informa de los decesos confirmados por un test diagnóstico, otras estadísticas oficiales indican que las muertes atribuibles al virus superan las 56.400 en este país.
Antes de conocerse los datos del ministerio de Sanidad y Atención Social, el primer ministro británico, Boris Johnson, ya anunció que retrasará el inicio de la siguiente fase de desescalada en Inglaterra, prevista para este sábado, hasta, al menos, el próximo 15 de agosto.
También informó de que, además de esta "pausa" en la reapertura de la economía, ha sido necesario imponer desde hoy una nueva restricción en buena parte del norte de Inglaterra, que impide visitar a personas en sus hogares.
En declaraciones a la BBC, el ministro de Sanidad, Matt Hancock, ha defendido las medidas, al señalar que, según los datos de rastreo de contagios, la mayor parte de la transmisión del virus, más activo en esa parte del territorio inglés, se produce "entre hogares que se visitan entre sí y gente que visita a parientes y amigos".
La directriz significa que los habitantes de ciudades como Manchester y su área metropolitana y los condados de East Lancashire y parte de West Yorkshire no podrán encontrarse en las casas de unos y otros ni en sus jardines, pero cada hogar sí podrá ir al "pub" o a restaurantes siempre que sus residentes no se mezclen con otro grupo de personas.