Las compañías farmacéuticas francesa Sanofi y británica GSK anunciaron este viernes un acuerdo por el que el Gobierno estadounidense financiará con 2.100 millones de dólares el desarrollo de una candidata a vacuna contra la COVID-19.
Este proyecto de vacuna, a base de proteína recombinante, ha sido desarrollada por ambas empresas a raíz de otra contra la gripe de Sanofi y de la tecnología de producción de vacunas adyuvantes para uso pandémico de GSK, un recurso que puede reducir la cantidad de proteínas necesarias por dosis y multiplicar la producción.
El Gobierno estadounidense pondrá esos 2.100 millones de dólares y más de la mitad irán dirigidos a su desarrollo y ensayos clínicos. El resto se dedicará a la fabricación a gran escala que permitirá entregar 100 millones de dosis iniciales.
Aunque no indicó cuál es la parte exacta que le corresponde, Sanofi señaló que recibirá el grueso del dinero y que los ministerios de Salud y Defensa estadounidenses disponen de una opción para recibir otras 500 millones de dosis suplementarias a largo plazo.
"La necesidad de una vacuna para prevenir la COVID-19 es considerable y una única vacuna o una sola empresa no bastarían para responder a la demanda mundial", indicó el vicepresidente de Sanofi, Thomas Triomphe.
El secretario estadounidense de Salud, Alex Azar, señaló en la nota que la cartera de vacunas supone la parte más importante del programa "Operation Warp Spped", lanzado en abril para acelerar el desarrollo de vacunas, terapias y diagnósticos de COVID-19.
"Esta inversión permitirá apoyar el desarrollo de la vacuna adyuvante de Sanofi y GSK hasta los ensayos clínicos y la fabricación, con el potencial de poder ofrecer cientos de millones de dosis de una vacuna segura y eficaz a la población estadounidense", dijo Azar.
La compañía francesa lidera el desarrollo clínico y los procedimientos de registro de la vacuna y prevé realizar los estudios entre septiembre y finales de 2020.
Si los resultados son positivos, la aprobación reglamentaria podría obtenerse en el primer semestre de 2021.
Además, ambos grupos trabajan en aumentar sus capacidades de producción para llegar a asegurar la fabricación de hasta 1.000 millones de dosis anuales.
Sanofi y GSK destacaron en su comunicado que hay conversaciones activas con organizaciones internacionales, la Comisión Europea, así como las autoridades francesas e italianas para permitir la distribución de dosis a los países europeos.
Prevén poner una "cantidad significativa de su producción total a disposición de la iniciativa mundial" entre 2021 y 2022.