LOZOYA, LA FUNCIÓN ESTELAR
Desde que el ex director de PEMEX, Emilio Lozoya arribó a este país para ser juzgado por lavado de dinero, cohecho y asociación delictuosa, al panorama dejó de ser claro ante las múltiples consideraciones con que fue recibido.
Desde su llegada comenzó la estrategia y se dijo estar dentro de un cuadro de anemia, por lo que fue inmediatamente hospitalizado en un lugar bastante cómodo al que realmente le esperaba luego de que algunas informaciones han señalado que existen varios tipos de anemias y en algunas de estas no se requiere en sí alguna hospitalización, sospechando que sea el caso del ex director de Petróleos Mexicanos.
Se llegó la audiencia inicial de imputación de causa penal sobre el caso Agronitrogenados, donde es acusado de recibir 34 millones de pesos por parte de Altos Hornos de México al comprar una planta charrara de fertilizantes.
Se le vinculó a proceso penal, pero su defensa pidió la aplicación de criterio de oportunidad argumentando que el imputado dijo haber sido utilizado prometiendo que en su momento dará a conocer los hechos cometidos y a las personas responsables que en su momento ocupaban cargos importantes.
No es otra cosa que la promesa que hizo con el gobierno, Lozoya “cantará” recio y quedito y al parecer cumplirá para salvar su pellejo y pondrá en la “guillotina” a todos los que participaron en los actos de corrupción que son perseguidos por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Quienes tuvieron participación en estos movimientos ilícitos seguramente ya están preparando sus argumentos a la hora de ser delatados por Lozoya, sobre todo Alonso Ancira Elizondo que se ha convertido en el perseguido número uno del gobierno federal.
Cada quien ha comenzado a mover sus fichas de ajedrez y Ancira ha hecho lo propio con la declaración de su vocero en Altos Hornos de México, Francisco Orduña, quien un tanto infantil salió a declarar que efectivamente otorgaron ciertos pagos a Emilio Lozoya, pero fue antes de ser el director de PEMEX o funcionario público y que éste pago había sido por ciertos trabajos que desempeñó Lozoya.
Dicen por ahí que el chiste se cuenta solo.
El pasado miércoles Emilio Lozoya recibió otra vinculación a proceso, pero ahora juzgado por el caso de la empresa brasileña Odebrecht, donde utilizará sólo un brazalete electrónico, pero no pisará la cárcel.
Hay quienes piensan que son parte de los privilegios que goza el ex director de PEMEX, o que es el resultado del acuerdo que hizo con el propio gobierno federal.
Otra de las hipótesis tan sonadas es que Lozoya podría salvar su pellejo si confiesa todo poniéndole nombres, hechos, fechas y lugares, de esta manera pudiera conseguir esa amnistía que suele utilizar el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Les leyes han decepcionado a muchos luego de que parecían bastante duras, al solicitar la extradición del ex director de PEMEX, pero cuando éste arribó han sido tan blandas que a nadie le extrañaría que terminara libre tras el circo que han armado.
Quizá nadie espera que Lozoya estuviera tan bien protegido.
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