Cerca de 58 horas de trabajo fueron necesarias para rescatar el cadáver de un cazador de tesoros que perdió la vida cuando intentaba desenterrar una fortuna
La noche de ayer fue encontrado y desenterrado el cadáver de Martín Rogelio, un hombre que fue contratado para buscar un supuesto tesoro que una vidente dijo a la dueña del inmueble que décadas atrás había sido enterrado su casa, ubicada en la colonia Palomares de León, Guanajuato.
Cerca de 120 personas y más de 58 horas de arduo trabajo por parte de los cuerpos de socorro fueron necesarias para localizar al cazador de tesoros que cayó a una profundidad cercana a los 12 metros, justo en el hoyo que él mismo había cavado días atrás para dar con la fortuna señalada.
En el domicilio del accidente, ubicado en calle Palomares esquina con calle Marro, se dio a conocer que el hombre de 54 años de edad fue contactado desde hace tres meses por Ana Patricia, la propietaria del inmueble, para que desenterrara un supuesto tesoro que la vidente le dijo se encontraba en su propiedad.
Antes de Martín Rogelio ya habían buscado otras personas y nadie había tenido éxito, pero llegó a oídos de Ana Patricia que este sujeto tenía cuatro años de experiencia en la labor y que sumaba muchos casos de éxito, por lo cual recurrió a él.
Los trabajos iniciaron hace dos semanas y Martín Rogelio llevó consigo a dos colaboradores para que le ayudaran a cavar un profundo hoyo en el inmueble y localizar el codiciado tesoro.
La mañana del pasado domingo, con ayuda de una escalera, Martín Rogelio bajó hasta los más profundo del hoyo que ya había en la tierra con la intención de avanzar un poco más, pues aseguraba ya estar cerca de encontrar el tesoro, sin embargo, no contaba con que la tierra se reblandecería y caería sobre él junto con una barda que estaba adjunta al lugar cavado.
El reporte sobre el accidente se dio a las autoridades alrededor de la una de la tarde del domingo y desde ese día hasta la tarde de ayer las labores de búsquedas fueron realizadas por diversos agentes de Protección Civil y Bomberos, Cruz Roja y elementos de la Policía Municipal, sin embargo, las labores de rescate se vieron severamente afectadas por la constante lluvia que se presentó en estos días en la región del Bajío de México.
Fue poco después de las 19:00 horas de ayer martes que los agentes de lograron encontrar el cuerpo sin vida de Martín Rogelio, el cual ya presentaba un avanzado estado de descomposición y yacía a un costado de sus inseparables herramientas aproximadamente a una profundidad de entre 10 y 12 metros.
El cadáver de Martín Rogelio fue desenterrado y entregado al personal de Servicios Médicos Forenses quienes realizarían la necropsia de ley para posteriormente ser entregado a sus familiares.
Sobre el supuesto tesoro nunca nadie lo vio: ni el hoy occiso, ni sus dos compañeros de labor, ni las más de 40 personas que diariamente trabajaron cavando nuevamente la zona para culminar con el rescate de Martín Rogelio y tampoco fue visto por Ana Patricia, la propietaria del inmueble.