Un expolicía alemán y su esposa se encuentran bajo sospecha en el caso de las amenazas de muerte a figuras de la política y de la vida pública, principalmente mujeres, enviadas con la firma "NSU 2.0" en referencia al grupo neonazi que mató a diez personas.
Hace dos semanas, Janine Wissler, diputada del parlamento regional del estado federado de Hesse (sur) por la formación de izquierdas Die Linke, hizo público que llevaba varios meses recibiendo amenazas e insultos por correo electrónico.
Varias compañeras de partido y figuras de la vida pública, todas mujeres salvo pocas excepciones, informaron de anónimos similares; en varios casos, las amenazas se produjeron poco después de que fueran consultados datos personales de las víctimas desde ordenadores de la policía.
El exagente, de 63 años, y su mujer, de 55, son los primeros sospechosos a los que se vincula al caso después de que éste desatase un escándalo político en Alemania; el propio ministro del Interior de Hesse, Peter Beuth, no descartó que pudiese haber ultraderechistas infiltrados en la policía del "Land".
Varios medios alemanes citaron fuentes de la Fiscalía de Fráncfort, según las cuales el matrimonio fue detenido el pasado viernes 24 de julio, aunque después fue puesto en libertad al no cumplirse los requisitos para una orden de detención.
La vivienda de la pareja, en la localidad bávara de Landshut, fue registrada ese día por agentes de policía, que requisaron varios dispositivos electrónicos para su posterior análisis.
La fiscalía cree que el expolicía, que ya había cometido otros delitos de motivación ultraderechista, y su esposa están detrás de los e-mails con contenidos amenazantes, en ocasiones de contenido xenófobo y sexista, de los que ya se han registrado 69 hasta la fecha.
El caso propició la dimisión del jefe de la policía federal de Hesse, Udo Münch; el cuerpo estudia ahora introducir métodos de identificación biométricos para que en las consultas de datos personales no queden dudas sobre la identidad del agente que las efectuó.
Las primeras amenazas firmadas con las siglas NSU 2.0 fueron recibidas en 2018 por la abogada Seda Basay-Yildiz, que en el caso contra el grupo neonazi Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU) había representado a los allegados de varias víctimas.
Según recordó este lunes el semanario "Der Spiegel", en 2019 fue detenido en relación con ello un policía de Fráncfort, sospechoso de haber enviado faxes con amenazas a la letrada; el agente también quedó en libertad y está siendo investigado junto con otros cinco compañeros.