Los bancos de oración se han convertido en camas para enfermos y el altar en un dispensario de medicamentos, en una capilla religiosa transformada para atender a pacientes de COVID-19 en la ciudad boliviana de Santa Cruz.
"Mucho amor y cariño", asegura a Efe Eliazar Ramiro García, es lo que se ofrece a los pacientes a falta de muchos recursos materiales en la capilla de Nuestra Señora del Carmen en Santa Cruz, la mayor ciudad de Bolivia.
Este voluntario es uno de los que atienden desinteresadamente en este recinto religioso que ha sido cedido para recibir a contagiados del nuevo coronavirus, a los que se da asistencia médica y medicinas.
García muestra el precario tubo con el que dan oxígeno a quienes lo necesitan, elaborado con una botella de plástico en el extremo a modo de máscara para colocarla en el rostro del paciente.
Los crucifijos, las imágenes de Cristo y los mensajes de la Biblia escritos en las paredes contemplan ahora la labor de los voluntarios en vez de los oficios religiosos, con bancos sobre los que se han instalado colchones para atender a quienes llegan en busca de ayuda.
"Todos contra la COVID-19" se lee en el acceso al recinto, mientras en la capilla el espacio se reparte en zonas donde se toma la tensión y otras constantes a los pacientes, se reparten medicamentos colocados sobre el altar y se explican a enfermos y familiares que les acompañan los tratamientos que deben seguir contra la enfermedad.
Eliazar Ramiro García destaca la solidaridad de la gente con sus donaciones, también de comida para quienes lo necesiten en un barrio humilde en que está la capilla en esta ciudad de más de millón y medio de habitantes.
Las iniciativas solidarias que prestan asistencia médica, medicamentos y alimentos gratis son muy valoradas en Santa Cruz, la ciudad boliviana más golpeada por la pandemia y donde el sistema de salud tiene serios problemas para atender enfermos, además de que las ayudas sociales no llegan a todos los que las necesitan en medio de las restricciones para salir de casa que supone la cuarentena.
Santa Cruz es capital de la región del mismo nombre, que acumula casi la mitad de los cerca de 69.400 positivos de la enfermedad registrados oficialmente en Bolivia y unos 900 de los más de 2.580 fallecidos en el país, que según distintos estudios está entre los más golpeados del mundo por la enfermedad en función de su población, unos once millones y medio de habitantes.