Por el momento, el principal problema es la incertidumbre.
A menos de seis meses de concluir el periodo transitorio del Brexit, el acceso preferencial que caracteriza al comercio entre México y Reino Unido, peligra por la falta de un acuerdo que garantice su continuidad.
"La ambición de Reino Unido es firmar acuerdos comerciales de continuidad con México, Canadá, Japón y Turquía al final del periodo de transición, lo que aseguraría la protección de los flujos comerciales existentes", afirma el Subsecretario de Estado británico responsable de Comercio Internacional, Ranil Jayawardena.
"Si no reproducimos los efectos de los acuerdo existentes con la UE, el comercio con estos socios se llevaría a cabo al final del periodo de transición en términos británicos, en línea con el Arancel Global del Reino Unido (UKGT por sus siglas en inglés)", precisa.
Sostiene que el volumen del comercio que se vería afectado por la alteración del marco regulatorio será distinto entre los socios.
"Estamos trabajando en estrecha colaboración con las empresas para garantizar la preparación para cualquier escenario", detalla.
Jayawardena responde así a la inquietud que está generando al interior de la Cámara de los Comunes la falta de certidumbre sobre el futuro de las relaciones comerciales con países emergentes como México.
"¿Qué progreso ha logrado en alcanzar un acuerdo comercial entre Reino Unido y México/Brasil? ¿Hará una declaración al respecto?", cuestiona el legislador laborista Gareth Thomas, quien tiene la encomienda de dar seguimiento a las actividades de la Secretaría de Comercio Internacional.
El denominado UKGT es un esquema diseñado para determinar el arancel que aplicarán las aduanas británicas a las importaciones de bienes procedentes de países con los que no se tenga un acuerdo comercial o preferencial a partir del 1 de enero de 2021.
Las relaciones entre México y Reino Unido están enmarcadas dentro del Acuerdo Global con la Unión Europea, en vigor desde 2000, y han permitido a los empresarios de ambas partes vender una gran cantidad de bienes sin incurrir en el pago de los aranceles que enfrentan a los competidores de terceros países que no cuentan con esquemas de acceso preferencial.
Al abandonar el bloque comunitario, Londres requiere de un nuevo acuerdo que garantice la continuidad del marco regulatorio vigente, más allá del periodo transitorio como socio de derecho de la UE, el cual expira el próximo 31 de diciembre.
De acuerdo con un documento de la firma de abogados británica Clifford Chance, México se encuentra en la lista de países que se han resistido a renovar su acuerdo.
Señala que el UKGT permitirá blindar sectores sensibles para Gran Bretaña, como el agrícola y el textil, así como a las industrias de exportación más exitosas, entre otras, en el rubro automotriz, autopartes, productos alimenticios y bebidas.
"Los sectores agrícolas y manufactureros clave conservarán las protecciones arancelarias, incluyendo los vehículos, la cerámica, los productos químicos, la carne de ovino, res y de aves de corral. Los automóviles terminados seguirán sujetos a una tarifa de 10%", detalla.
Katya Torres de la Rocha, directora general de Mexgrocer, una empresa dedicada a representar en Reino Unido marcas mexicanas de productos con valor agregado, afirma que la introducción de medidas arancelaras tendrá repercusiones para el comercio bilateral.
"El Brexit nos afecta muchísimo por dos lados, por el libre tránsito de productos que tenemos hoy en día con ventaja exportadora a la Europa continental y por el riesgo de la introducción de aranceles en el marco de la OMS [Organización Mundial del Comercio]", dice a EL UNIVERSAL de la Rocha.
"Por el momento, el principal problema es la incertidumbre, pero tengo la esperanza de que si no existe un acuerdo entre Reino Unido y la UE, por lo menos, la parte de México esté lista para copiar-pegar el acuerdo y así permitir que continúen las relaciones comerciales sin interrupción".
Le empresaria originaria de Guerrero dice estar convencida de que el Brexit no frenará la creciente demanda de productos mexicanos en Reino Unido. Afirma que hay una necesidad cada vez mayor de comida mexicana en Europa, reforzada por el interés de chefs internacionales y programas de televisión. Sostiene que la eventual falta de un acuerdo, "le pegará ante todo al productor mexicano, porque el consumidor se ajusta a otros productos o castiga el precio".