En la Alameda desde las 10:00 horas, la fila de personas fue creciendo. A unas 30 les aplicaron la prueba de Covid-19.
El martes pudo ser un día más del largo relajamiento que se vive en Chilpancingo, solo porque el kiosko de la Alameda central se convirtió en una especie de laboratorio: médicos, enfermeras y químicos vestidos con overoles blancos, guantes y caretas aplicaron pruebas para detectar Covid-19 a decenas de personas que sospechan estar contagiados.
Fue un día de contrastes. El centro de la ciudad estuvo abarrotado; había personas por todos lados: en los bancos, en las tiendas, en las farmacias, caminando por las banquetas y los comercios, esenciales y no esenciales; los puestos ambulantes abiertos.
En cambio, en la Alameda desde las 10:00 horas, la fila de personas fue creciendo. A unas 30 les aplicaron la prueba de Covid-19.
La fila avanzó lento. Los médicos se tomaron el tiempo para la aplicación: registraron los datos de los pacientes, hicieron preguntas para detectar si eran candidatos, después les metieron por la nariz el hisopo, guardaron las muestras, sanitizaron el espacio y volvieron a llamar a otro. Los resultados se los informaron por teléfono luego de 48 horas.
A estos módulos no llegó cualquiera, sólo personas que en los últimos siete días tuvieron síntomas de coronavirus o que hayan estado en contacto con un infectado. Es decir, sólo sospechosos de ser positivo a Covid-19.
La mayoría pareció ser candidatos o eso mostraron sus caras.Algubos tenían el rostro de preocupación, sin tranquilidad.
Al kiosko llegaron tres mujeres y un joven. Los cuatro se formaron y se aplicaron la prueba. Arribaron, según contó una de las mujeres, a una de las médicas porque desde hace días tiene dolor de cabeza, temperatura, dificultades para respirar y cansancio y, además, porque tuvo contacto con una persona infectada.
Como este módulo se instalaron otros en la plazoleta del barrio de San Mateo, en la colonia del PRI, CNOP, Guerrero 200, Manuel Altamirano y Electricistas, donde se realizarán pruebas en los siguientes 15 días.
En Chilpancingo la tendencia de contagios y muertes por el virus ha tomado un ritmo incesante. De acuerdo a los datos de la Secretaría de Salud estatal hasta este 30 de junio, en Chilpancingo 597 personas se contagiaron y 85 murieron por el virus.
Sin embargo, en junio los contagios se dispararon: se registraron 408 nuevos casos y murieron 59 personas, tan solo en la última semana se contabilizaron 121 contagios.
El incremento de casos en Chilpancingo coincide con el incumplimiento del confinamiento y la apertura de comercios "no esenciales".
En junio los comerciantes decidieron reabrir sus negocios ante la falta de ayuda oficial y la crisis económica que los acecha.
Juan Pastrana, es uno de los químicos que está en los módulos de atención. Prevé un repunte de casos en Chilpancingo y Acapulco, donde se aplican las pruebas.
Aunque dice que esa es la finalidad: ubicar a los contagiados, aislarlos y darles el tratamiento que requieran a tiempo.
Para el jueves, las autoridades, empresarios, comerciantes pretenden que Guerrero pase de rojo a naranja en el semáforo sanitario y reabrir parte de las actividades económicas, aunque en Chilpancingo apenas se comienzan a registrar los efectos del relajamiento en el confinamiento.