Por: Luis Rodríguez
ALMA DE ACERO
Dicen que el monclovense nace ya con una alma de acero que lo hace ser casi invencible.
Que el obstáculo que le pongan siempre lo supera y, además, voltea a burlarse de él una vez logrado.
Dicen que los oriundos de Monclova son luchones por naturaleza, se levantan temprano a trabajar y dan lo mejor de sí.
Y sin duda es así.
Lamentable es ver cómo ha transcurrido el año para una Ciudad que está acostumbrada a trabajar.
Primero, la incertidumbre de saber qué pasaría con una de las grandes economías de la Ciudad como lo es Altos Hornos de México.
Este tema seguramente tenía en vigilia a más de uno, ya que muchas de las actividades del municipio se derivan de esta planta, por lo que negocios propios tenían la facilidad de surtir de insumos a quienes se dedican a ellas.
Mucho se habló, se dijo y se desdijo. Teorías de todo tipo rondaron por los pasillos de los mercados y siempre había alguien que conocía a “alguien” que le dijo que…
Aunado a esto, el desempleo en la región por razones diferentes (como el caso de Trinity) comenzó a aumentar, desestabilizando así la economía de muchas de las familias monclovenses.
En Enero se tenía un 6.5% de incremento en cuanto a desempleo se refiere; cifra bastante dura para una Ciudad que vive de la actividad industrial y comercial, sobre todo.
Se planteaban ferias del empleo, programas de apoyo para emprendedores y un sinfín de acciones para revertir la situación. Sin embargo, para las mismas fechas, sucedió lo que ya todos sabemos y estos temas pasaron a segundo término.
De pronto se escuchaba la noticia de que un nuevo virus rondaba por allá en los países asiáticos… nada qué temer, ¿no?
Enseguida el número de enfermos en Europa fue incrementándose y en poco tiempo ya se encontraba en México.
Aún nada de cuidado… A nuestra pequeña y bonita Ciudad nunca llegará esa cosa: aquí somos de Acero.
Y, bueno, lo demás es historia; ni tan de acero el Instituto Mexicano del Seguro Social que irresponsablemente propició la propagación del virus, ni tan de acero las autoridades que actuaron tan lentamente.
Hoy en día nuestras calles están vacías, los comercios cerrados y el desempleo por las nubes.
¿Y las buenas noticias…?
Una de las noticias más alentadoras de las últimas semanas es que la curva de infección en Monclova se detuvo para bien, es decir, hay menos casos registrados por día, que los de a inicio de esta catástrofe.
Finalmente, recordamos que somos monclovenes, que sabemos trabajar unidos y que podemos luchar contra la tempestad.
Ese corazón de acero ha vuelto a la vida de los ciudadanos, con la esperanza más que puesta.
Ya olvidemos la prácticamente nula ayuda del Gobierno Federal, porque de esta salimos como hemos salido de las demás: trabajando.
Dentro de poco nos desquitamos de las fiestas del día del niño y de la madre que no podremos celebrar como se debe, de las vacaciones de Semana Santa que no disfrutamos, de los “puentes” oficiales para descansar. Al fin que para hacer argüendes nos pintamos solitos.
Dentro de poco, seguirán diciendo que los oriundos de Monclova son luchones por naturaleza, se levantan temprano a trabajar y dan lo mejor de sí.
Y sin duda es así.
Twitter: @rockrdz
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