Desespera a directivos inactividad
Agencias/El Tiempo
La urgencia de reactivar la economía del futbol, frenada en seco desde el 16 de marzo pasado por la emergencia sanitaria del Covid-19, ha llevado a los dueños de los equipos a tomar la firme decisión de jugar a puertas cerradas en cuanto sea posible.
Fuentes de la Asamblea de Dueños confiaron a CANCHA que la idea es apoyada de manera unánime y que ya se estudia la mecánica para echarla a andar en cuanto el gobierno federal dé su anuencia. Se jugará sin público en cuanto haya luz verde y hasta que sea necesario. En las oficinas de la Liga, los calendarios tienen marcada la tercera semana de junio; entre el 15 y el 19 esperan poder reiniciar el torneo.
El Clausura 2020 se interrumpió después de disputadas 10 jornadas. Incluso, en esta última fecha se jugaron sin público 6 encuentros, incluido el último antes del parón, el Cruz Azul-América.
Y aunque los ingresos por taquilla, venta de alimentos y demás derrama generada por la asistencia de aficionados siempre ha sido importante para los equipos, en momentos de emergencia como los que se viven hoy, tendrán que ser sacrificados para reactivar la Liga MX y recuperar las entradas por derechos de televisión y patrocinios que también están detenidas.
Un estudio del Grupo de Economistas y Asociados reveló en noviembre que un aficionado gasta en promedio 2 mil 450 pesos en un partido de futbol, de ellos 1 mil 670 en el estadio. Solo en el América-Cruz Azul del 15 de marzo, se estimó una pérdida de 45 millones de pesos por disputar el encuentro sin afición en las tribunas.