Como todos los niños quieren sentir esa emoción de abrir los regalos, pero esta vez resultará imposible, refiere con tristeza la señora Gabriela AmayaVERÓNICA PRECIADO/ REPORTERA
FRONTERA, COAH. –Es diciembre, el mes que todos esperan con ansias para celebrar la Noche Buena; para los niños la ilusión de recibir un juguete…pero cuando se viene de un hogar humilde y con muchas carencias, la Navidad transcurre como un día normal, no hay una mesa adornada, no hay pavo, ni un árbol con luces que iluminan y mucho menos regalos.
Las pequeñas Karely, Devany, Karla, Julieta y Dayana, esperan con entusiasmo que Santa Claus llegue a casa con juguetes, pues como todos los niños quieren sentir esa emoción de abrir los regalos.
Gabriela Amaya de 37 años de edad, es madre de las 5 niñas, ellas además tienen a una hermana mayor Dora de 13 años, viven en el domicilio ubicado en la calle San Luis esquina con Lázaro Cárdenas de la colonia Occidental.
Su humilde hogar está conformado por dos cuartos, uno con techo de lámina, por lo que en la temporada de frio solo habitan en un solo cuarto.
Todas saben que se acerca la Navidad, pero no comprenden la difícil la situación económica en su casa, ya que su mamá y su papá se quedaron sin empleo.
En el patio de la vivienda las pequeñas pasan el rato jugando con algunos juguetes usados, “viejas” muñecas, sin brazos, sin manos, sin embargo su ilusión es tener un juguete nuevo.
“Yo les dije a mis niñas que este año no habrá nada, porque ahora si estamos en una situación muy complicada, sin trabajo, de hecho, ya no festejamos nosotros mucho así la Navidad porque no hay con que, a veces hacemos una cenita muy sencilla y nos vamos a dormir”.
Gabriela dijo que tiene semanas sin trabajo, su esposo igual se quedó sin empleo, no cuenta con ningún tipo de apoyo gubernamental, por lo que solo viven al día con los 100 ó 150 pesos que llega a sacar de ropa usada que vende.
Karely de 10 años y Devany de 8 años estudian en la primaria Américas Unidas; mientras Karla de 5 años va a preescolar, pronto será la posada en su escuela, pero aún no saben si asistirán por la falta de recursos.
“Como madre es mi deseo que las niñas tengan un regalito esta Navidad, yo se que hay más hogares donde a lo mejor no habrá tampoco nada, por eso también con unas vecinas estamos gestionando una posada para los niños de la calle”.
Gabriela una madre entregada a sus hijas, comentó que todos los días sale a buscar trabajo para sacar adelante a sus niñas, y algún día ellas se realicen y estudien una carrera profesional.
“Sería algo muy bonito estar con ellas celebrando en familia, que ellas tuvieran un juguete”, dijo con tristeza.
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