Está por vencer un plazo constitucional de 15 días para nombrar al próximo primer ministroVANGUARDIA / EL TIEMPO
IRÁK.- Manifestantes antigubernamentales quemaron el martes un consulado iraní en el sur de Irak por tercera ocasión, mientras los líderes políticos del país continúan con las conversaciones para elegir al nuevo primer ministro luego de semanas de agitación generalizada.
Cinco cohetes cayeron dentro de la base aérea Ain al-Asad, un extenso complejo en el oeste de Anbar que alberga a fuerzas estadounidenses, sin dejar víctimas y con pocos daños, señaló la célula de medios de seguridad de Irak en un comunicado. El documento no proporcionó más detalles.
El presidente Barham Salih se reunió con los principales bloques políticos de Irak cuando está por vencer un plazo constitucional de 15 días para nombrar al próximo primer ministro, comentaron dos funcionarios iraquíes.
El primer ministro Adil Abdul-Madi anunció su renuncia el viernes. El bloque Sairún, liderado por el influyente clérigo chií Muqtada al-Sadr, se dirigió a Salih en una carta y dijo que les dieron a los manifestantes el derecho de que apoyen al premier que prefieran.
Manifestantes antigubernamentales en la ciudad sagrada de Nayaf quemaron neumáticos y los arrojaron hacia la puerta principal del consulado iraní, quemándolo por tercera vez en el lapso de una semana.
El edificio estaba vacío al momento del ataque y no hubo víctimas, de acuerdo con un agente de la policía.
El incidente ocurrió después de un enfrentamiento de horas previo con las fuerzas de seguridad el martes, cuando los manifestantes rodearon un templo importante de Nayaf. Decenas de inconformes se reunieron alrededor de la mezquita de Hakim, exigiendo que al-Sadr les ayudara a ingresar y a tomar el control de una manera simbólica. Sadr comanda el Saraya Salam, una milicia poderosa. A la larga, un puñado de personas y algunos jeques tribales ancianos pudieron entrar al santuario y revisarlo.
Los manifestantes creen que el templo es un centro para operativos de inteligencia de Irán, agregó el agente de la policía.
Todos los funcionarios que declararon pidieron guardar el anonimato en conformidad con las normas.
Por lo menos 400 personas han muerto desde que el alzamiento popular sacudió a Irak el 1 de octubre, con miles de iraquíes que salieron a las calles de Bagdad y del sur mayoritariamente chií, condenando la corrupción, los servicios deficientes y la falta de oportunidades de empleo. Además, han pedido el fin del sistema político impuesto tras la invasión de Estados Unidos en 2003.