Francisco, de 79 años, no se percató de un desnivel en el suelo y se tropezó al caminar hacia el altar en el santuario de Jasna Gora, en Czestochowa.
Se puso rápidamente de pie con la ayuda de curas que estaban a su alrededor, que lo apoyaron y le arreglaron la sotana.
La misa continuó sin percance, y el pontífice ofreció un extenso sermón ante decenas de miles de fieles en el monasterio de Jasna Gora.
Ante las cuestiones de si el papa se lastimó al caer, el portavoz del Vaticano Greg Burke respondió: "El papa está bien".
En un par de ocasiones en el pasado, Francisco, caminando con su larga sotana blanca, se ha tropezado con peldaños o se caído en eventos públicos. En todas las ocasiones se puso de pie por su cuenta o con ayuda de un asistente.