El primer “riesgo” es subir a una división desconocida. “El Canelo” nunca ha peleado en peso semicompleto (175 libras / 79.3 kilogramos). Esto significa que no ha recibido golpes de un boxeador profesional tan pesado durante una pelea oficial. La teoría dice que: “El peso de un boxeador es directamente proporcional al daño que provocan sus golpes”.
A mayor peso, mayor daño. Esa es la razón de las divisiones en el deporte de los puños. “Canelo” llevará a su cuerpo a una categoría en la que nunca ha competido, para retar a un campeón que está habituado a combatir en las 175 libras. Además de haber acostumbrado su cuerpo a marcar 79.3 kilogramos en la báscula cada que compite.
El campeón en cuestión, Sergey Kovalev, mide 1.83 m. Cuando lo comparamos con Saúl, vemos 10 centímetros de diferencia en favor del ruso.
Eso significa que “El Canelo” pesará lo mismo que un hombre 10 centímetros más alto. Esa compensación debe ser un equilibrio de músculo, grasa y agua que comulgue con su estrategia.
- La segunda variable a considerar es el alcance (largo de brazos) porque Kovalev es un peleador con un alcance que supera por 6 centímetros al de Saúl Álvarez.
Esa pequeña distancia es la diferencia entre golpear y no ser golpeado (alcanzado). Estos son los riesgos que Saúl Álvarez asumió en el momento que aceptó pelear contra Sergey Kovalev. Variables que un campeón de la talla de “El Canelo” tiene contempladas… o no. Porque cuando dos peleadores se suben al cuadrilátero; los números, los récords, las anécdotas y la teoría pasan a segundo plano. Todo se define al momento de la pelea.