No cabe duda que Monclova y la Región Centro necesitaba un tan anhelado campeonato de Béisbol y el equipo de casa, los Acereros del Norte de la mano de su dueño Gerardo Benavides lo lograron.
Este tipo de empresarios son de los que necesita Monclova, comprometidos con su gente y que cumplan sus promesas.
Desde su llegada, dijo que serían campeones y apenas a dos años lo logró.
Con la pasada directiva y anteriores dueños, jamás se pudo lograr, señal que nunca les interesó apoyar y reforzar al equipo para darle este gusto y título a la gente de esta Región.
Muchos años pasaron y nunca lo lograron, siempre se quedaron en el camino vendiendo ilusiones a su gente.
Pero las cosas se acomodaron al llegar un nuevo dueño, alguien que además de amar este deporte, ama más a su gente, a su equipo y para ello echó a andar su proyecto.
Más que proyecto era un sueño y que además logró contagiarlo a todos los habitantes de esta región.
Los verdaderos aficionados, los que no eran tanto, los que no veían los partidos, pero querían entrar al estado y aquellos que ignoraban el béisbol, se aferraron a un televisor para dar su buena vibra el equipo de casa.
No importaba quien era o no verdaderamente aficionado, la suma de buena vibra cimbró por completo lo que llaman el horno más grande México.
Monclova y la Región era una auténtica locura tanto dentro como fuera del estadio en un séptimo juego de la Serie del Rey.
Un juego en el que desbordaron las pasiones y por su puesto 9 entradas cardiacas en las que muchos se comieron las uñas en cada entrada.
Fue impresionante ver los rostros de alegría, una noche de festejos donde nada importaba, todos se sentían campeones y había que celebrar.
Monclova por primera vez era campeón de la Serie del Rey.
Y es que detrás de estos hay muchos años de historia, de fe y sobre todo de mucha esperanza que muchos tuvieron por este equipo.
Hay gente verdaderamente aficionada que su corazón dejó de latir mostrando su alma de acero.
Muchos se quedaron en el camino con el sueño de ver a este equipo campeón.
Padres, Abuelos y Bisabuelos que no podían dejar de ir al estadio, muchos otros que acostumbraban a escucharlo con una grabadora sentados al exterior de sus domicilios.
Se apoyaba a la Furia Azul desde cualquier trinchera y de todas las formas posibles.
Pero hoy hay alegría tanto en el cielo como en la tierra.
La copa es para todos y quienes lo hacen posible creyeron en un sueño que hoy lograron dibujarlo como realidad.
Por eso celebra Aficionado.
Celebra Monclovense.
Celebra Acerero.
Celebremos todos que para obtener un título hay que fajarse, trabajar y hacer un sobre esfuerzo.
La celebración es de todos y para todos.
Pero sobre todo aprende de la moraleja, que nos deja Gerardo Benavides.
Nunca dejes de luchar por tus sueños y la fe y esperanza no son para echarlas a la basura.
Los sueños y proyectos tienen sus procesos y fueron hechos para trabajar constantemente en ellos y nunca desistir.
Ahora el resto depende de ti.
HASTA MAÑANA. notaseltiempo@hotmail.com