En las documentos se asentó como hora de la muerte de Alonso y Moreno Valle las 17:45 horas, y no las 14:40 que fue la hora en que, de manera oficial, se informó que se estrelló la aeronaveVANGUARDIA / EL TIEMPO
CIUDAD DE MÉXICO.- La Gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso, y su esposo, el Senador Rafael Moreno Valle habrían muerto hasta tres horas después de la versión oficial del desplome de la aeronave en la que viajaban, según las actas de defunción a las que tuvo acceso La Jornada de Oriente.
El medio, en un reportaje publicado este lunes y firmado por Kara Castillo, informa que los documentos revelan que la muerte ocurrió por “politraumatismo”, pero no se mencionan las posibles quemaduras provocadas por la supuesta explosión del helicóptero.
Las actas de defunción, continúa el medio, fueron dadas a conocer por la denuncia presentada por Guillermo Medina y Nils Juan Skoglund Benito ante la rápida e inusual cremación de los cuerpos de los ex mandatarios locales y los otros tres tripulantes que fallecieron en el accidente ocurrido el 24 de diciembre del año pasado.
En las documentos se asentó como hora de la muerte de Moreno Valle y Alonso las 17:45 horas, y no las 14:40 que fue la hora en que se informó de manera oficial, se estrelló la aeronave.
La Jornada de Oriente recuerda que la hora de la caída del helicóptero fue calculada por el Subsecretario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Carlos Morán Moguel, quien documentó que la última comunicación entre la torre de control y los pilotos se perdió a las 14:39 horas y después de declaró la emergencia para buscar la nave.
HELICÓPTERO NO PRESENTABA FALLASEl pasado siete de junio, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) dio a conocer el avance en la investigación del accidente aéreo en el que murieron Martha Erika Alonso, entonces Gobernadora de Puebla, y su esposo Rafael Moreno Valle, el cual determina que el helicóptero no presentó fallas.
En un comunicado, la dependencia señaló que la inspección a los dos motores indica que “los daños y rastros que presentan denotan haber estado en funcionamiento al momento del impacto.
Sin embargo, los componentes de memoria interna que podrían confirmar lo anterior, resultaron dañados por el impacto y el fuego, por lo que no se pudo obtener datos de éstos.
La investigación por parte de la Dirección General de Aeronáutica Civil del percance del helicóptero, que ocurrió el 24 de diciembre de 2018 en el poblado de Santa María Coronango, Puebla, ha contado con la participación de expertos internacionales en la investigación de accidentes aéreos.
En la investigación participan expertos de Canadá, Italia, Estados Unidos y Europa. Además se cuenta con la asesoría de las empresas fabricantes Leonard Helicopter Division y Logic; Patt & Whitney y Safran; así como Honeywell Aerospace y Collins.
En el texto, la dependencia detalló que se realizaron las siguientes inspecciones:
-Componentes involucrados en los controles de la aeronave, como son rotor principal y de cola, transmisión y caja de 90°, indica que estos componentes no presentan evidencias de falla previa al impacto
-El análisis de dos de las cuatro luces del Master Warning y Master Caution, muestra que estuvieron encendidas antes del impacto, pero aún no se determina en qué momento del vuelo se activaron.
-Se efectuó una inspección a los cinco actuadores lineales en Chicago, Illinois, USA, por medio de una tomografía computarizada. No se detectaron daños internos.
-El escaneo por medio de tomografía computarizada de los tres actuadores hidráulicos en Cascina Costa, Italia, tampoco detectó “daños internos importantes ni residuos metálicos, las fracturas y deformaciones identificas se consideran compatibles con los daños ocasionados por el impacto”.
La SCT informó que la Dirección General de Aeronáutica Civil sigue realizando la investigación para presentar el informe final.
Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle, junto con tres tripulantes más, murieron en el desplome del helicóptero en el que viajaban el 24 de diciembre de 2018, en el poblado de Santa María Coronango, Puebla.