México es finalista

Agencias/El Tiempo

Gerardo Martino manoteaba en el aire, luego en la mesa, y volteaba a ver a Norberto Scoponi, porque no daba crédito a las fallas de sus jugadores. El Tata, desde un palco del State Farm observó el encuentro entre México y Haití, y ahí, sin mayor reparo, dejó ver la desesperación que le causó las constantes fallas de sus futbolistas de frente al marco.

Fue hasta el minuto 92 que se relajó, que se paró de su asiento y le dio un abrazo a Scoponi, justo después de que Raúl Jiménez concretara con frialdad un penal muy polémico que se animó a marcar el árbitro Abdulrahman Al-Jassim por una supuesta falta sobre el delantero del Wolverhampton. Ahí, México selló su pase a la Final de esta Copa Oro con mucho sufrimiento. El conjunto del Caribe defendió con mucho orden, con garra y desesperó a los mexicanos, incluso en los últimos instantes vino un disparo al travesaño que hizo temblar al Tricolor.

Desde el arranque del encuentro, los haitianos le dieron un buen susto a los mexicanos, luego de que Frantzdy Pierrot y Brian Alceus hicieron una buena jugada que al final, no prosperó al no tener la dirección adecuada el último rito. Luego, el conjunto azteca intentó tener el dominio del esférico, Haití se resistió. Incluso, volvió a pisar terreno enemigo con un balón que llegó a corazón del área que tuvo que despejar Héctor Moreno. Aunque el Tricolor tenía más tiempo el esférico no lograba concretar el gol que pudiera darles un poco de tranquilidad. De repente, el duelo comenzó a cortarse con algunas faltas. Hubo mucha lucha en la media cancha.

El tedio lo rompió un centro raso de Jesús Gallardo desde la banda izquierda que ningún mexicano llegó a cerrar. El Tricolor tenía oportunidades, como cuando al 34’, tras un par de tiros rechazados, le quedó el balón a Jonathan dos Santos, pero de nueva cuenta erró en su disparo.

Dicha situación generó la molestia de Gerardo Martino. Tan estresante era para los mexicano no poder romper la defensa haitiana, que al 42’, los aficionados presentes comenzaron con el grito de “¡sí se puede!”, cuando aún faltaba tiempo para que concluyera el encuentro. El segundo tiempo comenzó con un tiro a la puerta de Guillermo Ochoa por parte de Frantzdy Pierrot. Afortunadamente para la causa mexicana solo quedó en un intento. Sin embargo, de nueva cuenta el cuadro azteca tomó las riendas. Un tiro de Carlos Salcedo fue el que se quedó más cerca de la portería, aunque de nueva cuenta se quedó ahogado el grito de gol.

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