El 52 por ciento de los británicos -o 17.4 millones de ciudadanos- votaron el 23 de junio en un referendo a favor de dejar la Unión Europea, frente al 48 por ciento -16.1 millones de personas- que votó por quedarse, un resultado que muchos políticos han dicho debe respetarse.
La idea aún es difícil de digerir para algunos de los partidarios que defienden la permanencia.
La iniciativa pide al Gobierno que sancione una regla de que debería haber otro referendo si el voto por el "permanecer" o "abandonar" fuera menor del 60 por ciento con base en una participación menor al 75 por ciento.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, la dependencia que envió al parlamento el Acta de Referendo de la Unión Europea (UE) estableciendo las reglas, respondió que la legislación no estableció un umbral para el resultado ni para una participación mínima.
"El Primer Ministro y el Gobierno han sido claros de que esto fue un voto único en una generación y, como el Primer Ministro ha dicho, la decisión debe ser respetada", sostuvo el Ministerio.
"Ahora debemos prepararnos para el proceso de salir de la UE y el Gobierno está comprometido a asegurar el mejor resultado posible para los británicos en las negociaciones", añadió.